Estuvimos juntos por más de una hora, mirando el resto de los cuadros. Él me enseñaba cada pintura esperando tener mi opinión. La mayoria de los que había pintado eran de rostros, cuerpos y personas que se evaporaban en el aire, algunos me resultaron más ingeniosos que otros, y hubo un par que la persona del cuadro me resultó conocida.
Habían paisajes irreales que me impresionaban al punto de no saber cómo describirlos.
Para cuándo salimos de ese salón, yo no podía creer que existieran personas con tanto talento y paciencia. Fue triste tener que despedirme de Ross, ella era tan divertida que deseabas quedarte hablando por horas, y el camino a casa nunca tuvo silencio. Dave me ayudaba a sentirme cómoda, y volvíamos a conversar de cada cuadro como si aún lo estuviéramos viendo. Al llegar a la fraternidad bajé del auto con una sonrisa, él también bajó, caminando junto a mí con las manos en los bolsillos del pantalón.
—No tienes ni idea de lo mucho que disfruté esta noche —agradecí —nunca había estado en una exposición, gracias Dave.
—Yo también la pasé muy bien contigo.
Llegamos a la puerta, saque las llaves del bolso de manos, pero no abrí la puerta de inmediato. Tenía sus hermosos ojos azules tan claros que parecían grises enfocados en mí.
—Nos vemos mañana —comentó como despedida así que solo asentí.
Si fuera una cita, ese era el momento en el que se acercaría a mí buscando aprobación para besarme, pero no era una cita y Dave nunca se acercó más de lo debido.
—Descansa.
—Igual tú.
¿Era buena idea pedirle que me avisara cuando llegara a su casa? Solo quería no tener que preocuparme de si llego bien o no. Pero me avergonzaba parecer más atenta de lo debido. Así que al final no dije nada, solo abrí la puerta y entré, encontrándome de frente a Nicol y Duda.
—¿Cómo te fue? —preguntó Duda.
—¿Qué hicieron? ¿Cómo te trato?
—Oigan, basta —las detuve caminando junto a ellas para ir al sofá y quitarme los zapatos.
—¿Fuiste a la galería en zapatos? —Nicol sonó realmente aterrorizada.
Suspiré y asentí.
—No saben lo fuera de lugar que me sentí al llegar —las miré —sin embargo no importó, nunca tuve que mezclarme con el resto de los presentes en la galería.
Ambas juntaron sus cejas confundidas, sentándose frente a mí para oír detalles.
—Dave trabajó al principio de la noche, estuve con otra chica de la galería, Elisabeth Ross.
—La conozco —avisó la pelinegra sonriendo —es muy agradable.
—Completamente de acuerdo.
Dejé caer mi cuerpo al sofá.
—Espera, ¿te invito y él tenía que trabajar?
Asentí.
—Solo al inicio, luego me guío por todo el lugar, me llevó a un salón donde guardan pinturas que aún no son exhibidas. Fue todo muy hermoso.
—¿Entonces no paso nada raro?
—¿Raro?
—Te gustaba Matías hace unos días, y has salido con su copia... Ya sabes, algo raro.
Me reí.
Nicol solo nos miraba, no parecía agradarle que algo así fuera una probabilidad.
—No paso nada. Por otro lado, Nicol ¿Cómo te fue en la cena familiar de Jacob?
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Mírame De Nuevo +21
RomanceEva Decker no conoce la verdadera historia de su pasado. Toda su vida creyó ciegamente en su abuela, y por falta de dinero termina trabajando en la casa de la única persona capaz de responder cada una de las incógnitas que sus sueños le presentan...