La noche estaba hermosa, con estrellas brillantes que podía ver por la ventana. La ciudad también lucía bien, iluminada y despierta, sin embargo, no me di cuenta de lo hermoso que podía ser el silencio en buena compañía hasta salir de ella y ver cómo nos alejábamos por una carretera despejada. Los árboles rodeaban el camino. Dave me notó perdida en la vista, así que abrió la ventana para mí, dejando que esa fresca brisa de otoño despeinara mi cabello y me sacara una sonrisa.
Reí, le miré y sonreía satisfecho por lo que no pude resistirme y me acerqué para pellizcar ligeramente su mejilla.
—No me agradas.
—Pero te gusto —dijo seguro, sin dejar de sonreír en ningún momento.
Rodé la mirada, el subió el vidrio y de nuevo estuvimos en silencio. Aunque no era incómodo en lo absoluto, deseaba llenarlo por completo con su voz.
—No sabía que tenías casa propia.
—La compré cuando cumplí la mayoría de edad —confesó —hay momentos en los que necesito huir.
—¿Por ello está tan lejos?
Sonrió y asintió, manejando con una sola mano para sujetar la mía con dulzura y llevársela al rostro. Acaricié su piel apenas estuve lo suficientemente cerca, pero su objetivo era dejar un beso en la palma de mi mano.
—Allí pinto. Es un lugar hermoso y solo, pintar en la mansión con tantas personas a mi alrededor no es tan agradable.
—Entonces vamos a tu lugar secreto, por así decirlo.
—Sí.
—¿Has llevado chicas allí? —pregunté con diversión, pero si me causaba curiosidad.
Rió, me miró.
—Pocas.
<< Nicol, por supuesto >>.
Tenía esa linda mirada de picardía y dulzura. Era complicado como podía poner expresiones que me enloquecían y me resultaban adorables a su vez.
—Que sincero.
—no necesito mentirte.
Miré al frente, seguía incomodándome mucho saber que tenía una buena relación con una persona que le importó tanto.
—puedes preguntar lo que quieras —me avisó con ternura.
—yo...
—he notado que te pone celosa Nicol —lo dijo sonriendo, pero fue imposible no sentirme avergonzada.
—¿y eso te gusta?
—mucho —admitió —que estés celosa es una muy buena noticia para mí.
Reí.
—Eres un idiota.
—Uno muy lindo.
Volví a reír.
—Pero hablo en serio, siempre puedes preguntarme lo que quieras.
Era adorable mirarlo de esa manera, siendo sincero y considerado. Pero me sentiría como una tonta si soltaba las idioteces que solía pensar.
—Cuéntame lo que quieras —pedí.
—Tienes que darme una pista sobre qué temas quieres tocar.
—No lo sé, el romance en tu vida, tus pasatiempos además de la pintura.
—El romance nunca fue mi punto fuerte —admitió —Nicol fue mi primer amor, luego decidí quedarme solo por un tiempo, el suficiente para dejar mi cabeza clara.
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Mírame De Nuevo +21
RomanceEva Decker no conoce la verdadera historia de su pasado. Toda su vida creyó ciegamente en su abuela, y por falta de dinero termina trabajando en la casa de la única persona capaz de responder cada una de las incógnitas que sus sueños le presentan...