Se siente pesado, hay algo en mi pecho que hace presión. Como si de alguna madera el dolor necesitara manifestarse, porque no hay nada que lastime más que pensar demasiado. Y cuando te esfuerzas tanto por hacer parecer que por dentro no pasa nada, ese peso crece, crece, cada vez más, hasta que te ahoga.
¿tenía que ahogarme para soltar?
Estaba tan acostumbrada a ignorar mis problemas, como si fuera a desaparece en algún momento solo por fingir que no existen.
No funciona así. Es triste, la vida sería mucho más fácil.
¿y porque en ese momento? Para mi cabeza no tenía lógica, aunque no era como que tuviera la suficiente capacidad para pensar bien en ello. Esta feliz, en una cita perfecta, y pesadillas aparecieron en mi cabeza.
Quizás era una excusa, no estaba acostumbrada a algo tan bonito, debía arruinarlo de alguna manera, incluso inconscientemente. Mi cerebro confabulaba en mi contra, era fan de las comparaciones, los pensamientos negativos, el desapego y los datos innecesarios.
¿Qué había pasado? ¿Por qué vinieron a mí esos sueños recurrentes y sin sentido que solía tener, justo en ese momento?
Miré al chico frente a mí una vez más, la preocupación que me mostraba era completamente encantadora. Me acerqué hasta abrazarlo, sintiéndome pequeña en sus brazos que me aceptaron de inmediato.
Caliente, suave y, ¿reconfortante?
—Estoy bien.
Se inclinó para dejarme un recorrido de besitos en mis mejillas que me hicieron reír. El dolor había pasado, pero la confusión no.
— ¿Qué pasó?
—Me dio dolor de cabeza, pero ya estoy bien.
Juntos volvimos a la barra, tomé mi asiento y él fue al horno por nuestra pizza. Se puso los guantes de cocina y el delicioso olor llenó todo el lugar.
—¡Que rico!
—¿Yo? Gracias —bromeó logrando hacerme reír.
Dejó platos para ambos y acercó la pizza que estaba bastante caliente. Nos sirvió más vino y en poco tiempo se sentó junto a mí.
Intenté tomar un pedazo, pero palmeó mi mano para evitarlo.
—Deja, yo te sirvo, está caliente.
—Que caballeroso eres —susurré acercándome para darle un besito en la mejilla.
Me puso una porción, realmente se veía increíble con el queso y el jamón desbordándose. Mi estómago anhelaba probarla.
—Se ve tan increíble.
—Y estará deliciosa.
Cortó un pedazo para mí, soplándola para que no me quemara y como una niña dirigió el cubierto a mis labios incitándome a abrir la boca. Estaba completamente sonrojada ante su trato y aunque no puse resistencia, me sentía avergonzada, hasta que el increíble sabor me hizo olvidar de inmediato todo eso.
—Esta buenísima.
—Cocinaré para ti cuando quieras.
— ¿Iras a la fiesta de Halloween? —pregunté para sacar conversación, empezando a comer la pizza con mucho cuidado de no quemarme.
—Eso creo.
—Aun no puedo creer que este por graduarme —sonreí orgullosa. —y que vayamos a organizar la última fiesta de Halloween.
Dave con mucho cuidado quitó un poco de salsa que había quedado en mis labios.
— ¿Ganaron?
Asentí.
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Mírame De Nuevo +21
RomanceEva Decker no conoce la verdadera historia de su pasado. Toda su vida creyó ciegamente en su abuela, y por falta de dinero termina trabajando en la casa de la única persona capaz de responder cada una de las incógnitas que sus sueños le presentan...