A Song of Guns, Germs and Steel en español

Capítulo 14

Capítulo 14 - 29 de mayo de 2019

Después de Melbourne, Canberra casi podría llamarse una decepción, pero Renly Baratheon se estaba divirtiendo demasiado como para preocuparse. Dutton le había explicado sus orígenes como un lugar de reunión, donde los señores electos de Australia podían congregarse sin favorecer demasiado a ninguna de las grandes ciudades costeras. Después de las monstruosas torres de acero y vidrio de Melbourne, la tranquila y frondosa ciudad en las montañas era casi un alivio. Su escala era más humana. Si todavía era una jungla urbana, al menos era una de las más hospitalarias.

Sin embargo, su parte favorita hasta ahora había sido el vuelo hasta allí.

El aeropuerto de Melbourne había sido una maravilla para él. La única comparación que pudo hacer fue su primer viaje a Desembarco del Rey cuando era niño, viendo los muelles con sus grandes barcos de madera, navegando desde todos los rincones del mundo. Le había costado pensar en algo más grandioso, pero el aeropuerto lo había dejado boquiabierto. Fila tras fila de máquinas voladoras acopladas, desde pequeños artilugios 'turbohélice' hasta los poderosos 'jumbo jets' que podrían llevar a cientos de personas a los confines del mundo en un solo día. Las multitudes de personas, las filas ordenadas, los bazares de mercado completos establecidos para satisfacer todos sus caprichos, los oficiales uniformados en todas partes supervisando todo el asunto. La escala pura y alucinante de todo.

Renly siempre había pensado en Desembarco del Rey como una gran ciudad. ¿Cómo podría no hacerlo? Quizás no era el más grandioso del mundo, no era del todo igual a Braavos o Volantis o Qarth, pero no obstante, bajo cualquier estándar, era "grande". Ahora estaba empezando a dudar de todo. Melbourne hizo que Desembarco del Rey pareciera la ciudad de los Lamentos. Somos para ellos lo que los Salvajes del Norte son para nosotros. Esa conclusión se había vuelto clara para él lo suficientemente rápido. Pero eso podría cambiar . ¡Por los dioses, te juro que cambiará!

Había pensado que Dutton había estado haciendo afirmaciones exageradas, pero se había mantenido en todas. Renly estaba asombrado. "Si juegas bien tus cartas, dale cincuenta o cien años, ¿por qué King's Landing no podría verse así?" había dicho el ministro australiano, y Renly difícilmente podía dudar de él.

Cuando realmente abordaron el avión de Melbourne a Canberra, Renly se sintió como un niño pequeño otra vez. Estaba montando su primer caballo, blandiendo su primera espada, mirando la orilla retroceder en el primer velero que había abordado. Él había sonreído a través de él, por supuesto, haciendo bromas cuando lo consideró apropiado. Ser Loras había permanecido a su lado en cada paso del camino, siempre estoico, pero incluso él no parecía más que un niño asustado de 16 años cuando el QANTAS Boeing 737 aceleró por la pista.

Había sido de lo más surrealista volar tan alto desde la Tierra, mirar hacia atrás como si estuviera en la cima de una montaña increíblemente alta. Renly nunca había hecho mucho alpinismo. Las Tierras de la Tormenta tenían algunas regiones altas en el sur que había visitado en ocasiones, pero no estaba seguro de haber escalado alguna vez algo que pudiera describirse razonablemente como una montaña. Había mirado fascinado por la ventana cómo la gente se había encogido al tamaño de las hormigas y los bosques al tamaño de la hierba bien cortada. Deseó que el puerto de observación hubiera sido más grande. Al volar, se había imaginado algo así como aferrarse a la barandilla de un barco en medio de una tormenta salvaje o amarrado con fuerza a la espalda de un dragón, con el viento rugiendo en sus oídos. En cambio, simplemente... se sentaron. Eran cómodos, sin duda, pero muy reducidos, como barriles alineados en la bodega de carga de una galera. Aparte de una pequeña vibración, casi no había sensación de vuelo. ¡Por qué, era casi como si los hombres voladores quisieran que su actividad homónima fuera aburrida!