La vida de Kate no ha sido sencilla ya que, durante toda su vida ha sido ignorada y despreciada por su familia.
Especialmente por su madre, quien creía que estaba recibiendo alguna especie de castigo divino al tener a una niña que era la viva image...
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Esa noche, durante la cena. Kate había sido obligada a sentarse en la mesa de Gryffindor por los gemelos Weasley. Y había decidió llevar a Gareth con ella.
Ambos amigo se la habían pasado la mayor parte de la cena riendo a carcajadas, debido a que Fred y George se la habían pasado cantando la canción de: <<Tiene los ojos verdes como un sapo en escabeche>>. Para molestia de Harry.
Pero Kate no había podido evitar mirar en más de una ocasión a su alrededor con extrema paranoia intentando localizar a la persona que le pudo haber escrito la carta.
— Van a pensar que estas loca si sigues mirando a tu alrededor como paranoica — le susurro Gareth en el oído.
Kate lo miró levemente avergonzada. — Lo siento, solo estoy tratando de averiguar quien pudo haberme enviado esa carta.
Gareth la miró burlón. — Sinceramente, dudo mucho que la persona en cuestión vaya a tener en la frente un mensaje que diga: Hola, yo soy quien le envío la carta a Kate Dursley.
Kate lo miró ligeramente molesta. — Eso ya lo sé, Gareth — le respondió.
— Sabes, tal vez estás exagerando un poco — le dijo Gareth —. Tal vez, la persona que te envió aquella carta no lo hizo porque sabe que eres... ya sabes que. Tal vez simplemente fue una coincidencia, puede que simplemente se sienta verdaderamente atraído por la literatura muggle. O puede que haya visto ese poema en algún lado y simplemente quiso hacerse el interesante sin saber que tú sabrías que lo plagio.
Kate se quedó callada. Tal vez Gareth tenía razón, tal vez estaba sobrepensando mucho toda esa situación. Pero tenía el presentimiento de qué tal vez no era así.
Kate miró su plato de comida y se dio cuenta de que tenía un nudo en el estómago que no la dejaba comer nada. Así que decidió qué tal vez sería mejor volver a su habitación para continuar intentando resolver las incógnitas de su vida que la atormentaban tanto.
