La vida de Kate no ha sido sencilla ya que, durante toda su vida ha sido ignorada y despreciada por su familia.
Especialmente por su madre, quien creía que estaba recibiendo alguna especie de castigo divino al tener a una niña que era la viva image...
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Luego de un rato, Kate y Harry decidieron que ya habían tenido suficiente, por lo que decidieron emprender el camino de regreso al castillo.
Kate trató de observar a Harry en la oscuridad, quien parecía encontrarse realmente distraído mirando a la nada.
— ¿Qué piensas? — le preguntó Kate en un susurro.
— Voy a enfrentarme a un dragón — dijo con simpleza, y en voz sumamente baja.
— Lo sé — murmuró ella.
Harry soltó un largo suspiro.
— ¿Cómo se supone que voy a enfrentarme a un dragón? — preguntó. Aunque Kate sospechó que esa pregunta se la estaba haciendo a sí mismo.
Antes de que Kate pudiese responder, Harry, quien iba delante de ella, chocó contra algo y cayó hacia atrás, llevándose a Kate con él.
— ¡Ah! ¿Quién está ahí? — dijo una voz.
Kate se apresuró a cerciorarse de que la capa aún los cubría por completo y luego se quedó de piedra mirando la silueta del mago con el que habían chocado. Se trataba de Karkarov, el director de Durmstrang.
— ¿Quién está ahí? — repitió el director de Durmstrang, receloso, escudriñando en la oscuridad
Kate y Harry permanecieron quietos y en silencio. Y después de un minuto, o algo así, Karkarov pareció pensar que debía haber chocado con algún tipo de animal. Buscaba a la altura de su cintura, tal vez esperando encontrar un perro. Luego se internó entre los árboles y se dirigió hacia donde se hallaban los dragones.
Muy despacio, y con mucho cuidado, Harry se incorporó y después ayudó a su prima a hacer lo mismo. Ambos retomaron entonces su camino de vuelta a Hogwarts.
No les cabía ninguna duda respecto a los propósitos de Karkarov. Había salido a hurtadillas para averiguar sobre que era la primera tarea del Torneo. Tal vez hubiera visto a Hagrid y a Madame Maxine en las inmediaciones del bosque: no eran difíciles de ver a la distancia. Todo lo que tendría que hacer sería seguir el sonido de las voces y, como Madame Maxine se enteraría de qué era lo que les esperaba a los campeones. El único campeón que se enfrentaría a algo desconocido sería Cedric. Kate no pudo evitar sentirse nerviosa por el chico.
