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||𝗖𝗢𝗥𝗡𝗘𝗟𝗜𝗨𝗦 𝗙𝗨𝗗𝗚𝗘||

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Harry había sido prácticamente arrastrado por Oliver Wood hasta el campo de quidditch ya que Gryffindor tenía un partido contra la casa Hufflepuff

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Harry había sido prácticamente arrastrado por Oliver Wood hasta el campo de quidditch ya que Gryffindor tenía un partido contra la casa Hufflepuff.

Pero Harry no tenía ni el más mínimo deseo de jugar. Había pasado los días posteriores al ataque de Kate, sentado junto a ella en la enfermería. Ron había estado junto a él la mayor parte del tiempo al igual que los gemelos, Fred y George, quienes pasaban a visitarla todas las tardes. Neville también había ido un par de veces, y aunque Harry lo había creído extraño, no había comentado nada al respecto.

Harry se sentía realmente culpable por lo que le había ocurrido a Kate. Se repetía una y otra vez qué tal vez si hubiese estado más tiempo con ella, no hubiese sido petrificada. Tal vez si le hubiese contado todo lo que sabía de la Cámara de los Secretos y de la voz que escuchaba entre las paredes del castillo. Tal vez ella hubiese podido a resolverlo. Tal vez ella ya lo había resuelto.

Tal vez...

Tal vez...

El tal vez no existía. Ella había sido petrificada, tal y como él había temido que ocurriera desde el inicio. Su único consuelo era que ella no se había convertido en la víctima asesinada por la bestia de la cámara, y en verdad estaba realmente agradecido por ello. Aunque eso no evitaba que se siguiese sintiendo culpable.

Terminando de ponerse su túnica de juego, Harry tomó su Nimbus 2.000 y se dispuso a salir del vestuario e inmediatamente los equipos saltaron hacia el campo en medio del clamor del público. Oliver Wood despego para hacer un vuelo de calentamiento alrededor de los postes, y la señora Hooch se dispuso a sacar las bolas. Los de Hufflepuff, por otro lado, se habían reunido en una esquina del campo para repasar las tácticas en el último minuto.

Harry acababa de montarse en la escoba cuando la profesora McGonagall llegó al campo, llevando consigo un megáfono de color purpura.

— El partido acaba de ser suspendido — gritó por el megáfono la profesora, dirigiéndose al estadio abarrotado. Hubo gritos y silbidos. Oliver Wood, con aspecto desolado, aterrizó y fue corriendo a donde estaba la profesora McGonagall.

𝓜𝘂𝗱𝗯𝗹𝗼𝗼𝗱 || 𝖣𝗋𝖺𝖼𝗈 𝖬𝖺𝗅𝖿𝗈𝗒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora