La vida de Kate no ha sido sencilla ya que, durante toda su vida ha sido ignorada y despreciada por su familia.
Especialmente por su madre, quien creía que estaba recibiendo alguna especie de castigo divino al tener a una niña que era la viva image...
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Hablar con él fantasma de la casa Gryffindor había resultado ser un trabajo más complicado de lo que Gareth y Kate habían creído en un principio. Sir Nicholas era probablemente uno de fantasmas más sociables que Kate jamás había visto. No había un solo momento en el día en el que no se encontrara con algún alumno de la casa Gryffindor o de la casa Hufflepuff. A esto también se le sumaba el hecho de que parecía ser que este año sus profesores se habían puesto de acuerdo para llenarlos con todo el trabajo que no habían podido dejarles todo el curso pasado.
Tan solo esa semana, Kate había tenido que entregar alrededor de siete ensayos de distintas materias. Y estaba realmente agotada. Además, la situación de ella con los Slytherin solo iba de mal en peor. Parecía ser que la mayoría de los alumnos de la casa Slytherin habían adquirido como nuevo pasatiempo favorito el molestar a la princesa sangre sucia, como ellos le llamaban. La situación iba desde insultos, burlas, hasta empujones, la mayoría de estos propiciados por Nott, Greengrass y Parkinson.
— Ay, Draco, ¿te duele mucho? — con una mueca de desagrado, Kate levantó la cabeza en dirección a la mesa de Slytherin, donde Pansy Parkinson se encontraba sentada al lado de Malfoy mirando su brazo vendado con preocupación.
— No, no mucho — le respondió Malfoy haciéndose el valiente.
El día de ayer, según le había contado Harry, Malfoy se había portado como el idiota desagradable que era y, durante su clase de Cuidado de Criaturas Mágicas este había intentado acercarse a un Hipogrifo, tal como Harry lo había hecho antes, solo que, mientras que con Harry el Hipogrifo había sido de lo más dócil y amigable, a Malfoy le había arañado el brazo. Y ahora, el idiota se había convertido en el nuevo centro de atención de toda la casa Slytherin.
— Idiota — murmuraba Gareth a su lado mirando en dirección a Malfoy con desprecio —. Ahora por su culpa ese pobre Hipogrifo está en riesgo.
— Y no solo eso — intervino en su conversación Hermione Granger —. También podrían despedir a Hagrid.
