La vida de Kate no ha sido sencilla ya que, durante toda su vida ha sido ignorada y despreciada por su familia.
Especialmente por su madre, quien creía que estaba recibiendo alguna especie de castigo divino al tener a una niña que era la viva image...
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Hermione dio un grito. Black se puso de pie de un salto. Kate, Gareth y Harry también saltaron como si hubieran recibido una descarga eléctrica.
— He encontrado esto al pie del sauce boxeador — dijo Snape arrojando la capa a un lado y sin dejar de apuntar al pecho de Lupin con la varita —. Muchas gracias, Potter, me ha sido muy útil.
Snape estaba casi sin aliento, pero si cara rebosaba sensación de triunfo. Sin embargo, esta expresión se borró al percatarse de la presencia de la pelirroja en la habitación.
— Severus, ¿qué es lo que haces aquí? — preguntó Lupin.
— Fui a tu despacho, Lupin — dijo Snape —. Te olvidaste de tomar la poción esta noche, así que te lleve una copa llena. Fue una suerte. En tu mesa había cierto mapa — Gareth abrió los ojos bien grandes al percatarse del error que había cometido —. Me bastó con un vistazo para saber todo lo que necesitaba. Te vi correr por el pasadizo.
— Severus... — comenzó Lupin, pero Snape no lo oyó.
— Le he dicho una y otra vez a Dumbledore que ayudabas a tu viejo amigo Black a entrar al castillo, Lupin. Y aquí está la prueba. Ni siquiera se me ocurrió que tuvieran el valor de utilizar este lugar como escondite.
— Te equivocas, Severus — dijo Lupin hablando aprisa —. No lo has oído todo. Puedo explicarlo. Sirius no ha venido a matar a Harry.
— Dos más para Azkaban esta noche — dijo Snape, con los ojos llenos de odio —. Me encantará saber cómo se lo toma Dumbledore. Estaba convencido de que eras inofensivo, ¿sabes, Lupin? Un licántropo domesticado.
— Hijo de puta — dijo Gareth con voz extremadamente baja.
— Brillante, Snape — dijo Black burlón —. De nuevo utilizaste tu mente aguda y penetrante y sacaste la conclusión errónea. Pero ahora, si nos disculpas, Remus y yo tenemos un negocio pendiente...
