La vida de Kate no ha sido sencilla ya que, durante toda su vida ha sido ignorada y despreciada por su familia.
Especialmente por su madre, quien creía que estaba recibiendo alguna especie de castigo divino al tener a una niña que era la viva image...
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Tres días después, el último día de los exámenes, Kate buscó a Harry y sus amigos para pasar el rato con ellos, ya que los exámenes habían terminado finalmente, pero lo que se encontró en el patio de la torre del reloj, no era para nada lo que la chica se esperaba ver.
Harry, Ron y Hermione estaban allí, completamente cabizbajos.
— ¿Qué pasó? — preguntó Kate con preocupación al verlos.
— Buckbeak ha perdido — dijo Harry —. Hagrid nos envió esto.
Kate tomó la nota que Harry le tendía y la leyó.
Apelación perdida. La ejecución se llevará a cabo esta tarde, a la puesta del sol. No se puede hacer nada. No vengan. No quiero que lo vean.
Kate tuvo que leer la carta un par de veces para poder dar crédito a lo que decía.
— P-pero, ¿por qué? — preguntó con la voz temblorosa.
— Agradéceselo a tu buen compañero de casa, Malfoy — le dijo Ron de forma sarcástica.
— No podemos dejarlo solo, tenemos que ir — dijo Harry decidido —. ¡No puede estar allí solo esperando al verdugo!
— Es a la puesta del sol, Harry — dijo Ron mirando a la nada —. No nos dejarán salir, y mucho menos a ti y a... ella — dijo esto último señalando en dirección a Kate con desprecio.
— ¿Por qué no utilizamos tu capa invisible, Harry? — preguntó la pelirroja.
Harry miró a Ron con complicidad para luego mirar nuevamente a Kate.
— La dejé en un pasadizo la otra noche. Justo debajo del retrato de la bruja tuerta — respondió el chico.
