La vida de Kate no ha sido sencilla ya que, durante toda su vida ha sido ignorada y despreciada por su familia.
Especialmente por su madre, quien creía que estaba recibiendo alguna especie de castigo divino al tener a una niña que era la viva image...
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El timbre sonó con fuerza. Una mujer alta y delgada de cabello rubio, salió de la cocina, limpiando sus manos en su delantal y abrió la puerta. Su rostro alargado reflejó una expresión de sorpresa cuando una mujer de hermoso cabello rojo apareció ante ella.
— Lily — dijo la mujer con clara sorpresa.
La mujer pelirroja sonrió.
— ¿Qué tal estás, hermana? — dijo —. ¿Puedo pasar?
La castaña, aunque algo dubitativa, se hizo a un lado dejando pasar a la otra y luego cerró la puerta detrás de ella.
— ¿Y tu hijo? — preguntó la rubia.
— James se quedó cuidándolo. Tenía que venir a hablar contigo. Ha pasado un tiempo desde la última vez que nos vimos — dijo la pelirroja mirando a la otra con sus hipnotizantes ojos verde —. ¿Cómo has estado?
La mujer castaña miró a la otra con el ceño ligeramente fruncido.
— ¿Qué estás haciendo aquí, Lily? — preguntó directa y sin rodeos.
La pelirroja soltó un leve suspiro.
— La verdad es que... vine a despedirme — dijo.
— ¿Despedirte? ¿Por qué? — preguntó la otra mujer.
— James, Harry y yo tendremos que irnos por un tiempo — dijo la pelirroja con un ligero tono de tristeza.
— ¿Irse? ¿A dónde?
La pelirroja abrió la boca para responder, pero justo en ese momento, el sonido de un llanto proveniente desde la cocina la hizo guardar silencio.
— Es Dudley — dijo la rubia —. Debe tener hambre.
La mujer entonces se fue a la cocina, dejando a la pelirroja sola en la sala.
