Cherry waves

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El sonido de la alarma hizo que la pelinegra se despertará asustada, había olvidado por completo que una noche antes puso una alarma si en caso se quedaba dormida.

Esa noche después de haber mandado ese audio a su "amiga" sintió que la inspiración por escribir un nuevo capítulo de su novela había llegado, por lo que, se dispuso a escribir toda la madrugada.

Wednesday frotó un poco sus párpados, se levantó de su cama y fue en busca de su ropa y una toalla, iba tomar una ducha antes de bajar a desayunar.

Esta vez había decidido por bañarse con agua fría, incluso en pleno frío. Las gotas caían por todo su rostro y cuerpo mientras pensaba en que tendría que "empezar" de nuevo, en una escuela en donde no conocía a nadie, aunque no es como si quisiera entablar amistad con alguno de esos "normies o freaks".

La Addams salió de la ducha con una toalla que envolvía su cintura, se sentó en su cama y empezó a cambiarse. Lo único bueno que rescataba de esa escuela era que podías ir como tu quisieras, no tenían un uniforme de "recluso" como lo tenían en Nevermore que de por sí ya era una regla la cuál tenían que cumplir.

Wednesday bajó las escaleras encontrándose a Pericles, Dedos y Morticia esperando obviamente a la Addams.

— Buenos días querida. —Morticia se acercó a su hija y le dejó en la mesa una taza de café.

— Buenos días madre. —la pelinegra se sintió más tranquila al ver que su madre por fin le dirigía la palabra, no quería tener problemas con ella. Tal a lo mejor y todo lo hacía por su bien y la única que no lo veía de esa forma era ella.

— Pfff te demoras tanto en bañarte. — suspiró Pericles — ¡Estamos aquí esperándote desde hace rato!

— Al menos yo me baño, deberías también hacerlo tu, hueles a mierda.

— Wednesday... no le digas así a tu hermano.

La pelinegra rodó los ojos intentando no reírse al ver la expresión que tenía su hermano. Después de desayunar se cepilló los dientes y salió de la mansión junto a su madre y Pericles.

Morticia le había dicho que lo mejor sería que dejará a Dedos en casa, Wednesday se negó, no quería que otra vez la mano no la acompañará como pasó en Nevermore.

Dedos era un amigo leal y fiel, aunque la pelinegra a veces deseaba matarlo debido a que la sacaba de quicio, sabía que podía contar con la mano para cualquier cosa, incluso para planear un asesinato en plena mañana.

Wednesday se subió a la limosina que ya los estaba esperando. Sacó su celular y entró al chat de Enid pero no había ningún mensaje, era de suponer que aún seguía durmiendo, se sentía nerviosa por saber la respuesta de la rubia al escuchar su audio. Intentaba por prima vez en su vida ser "positiva".

Solo tenía que estudiar y salir de la escuela sin que nadie la molestará o la mirará "raro". No entablar ninguna amistad sería lo más conveniente.

— ¿En qué piensas cariño? —preguntó Morticia.

— Planeo mi muerte. —respondió Wednesday con indiferencia.

— Estoy hablando en serio.

— Y yo también, madre.

Morticia suspiró y decidió hablar con Pericles que intentaba armar un tipo de cubo rubik.

Wednesday sacó su celular de la mochila y empezó a escribir unos cuantos mensajes en el chat de la rubia. Un "buenos días, espero te vaya bien, no olvides comer, te estaré escribiendo en cualquier momento, te quiero" se hizo presente, la pelinegra suspiró y le dio en el símbolo de enviar, el mensaje había sido enviado con éxito.

Everlong - wenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora