D e c e p t i o n

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Wednesday aún se encontraba en posición fetal, ahora abrazaba fuertemente sus rodillas, su mirada realmente estaba apagada, tenía ojeras y su cabello estaba hecho un desastre. Enid la miraba de lejos, no sabía exactamente que decir sin embargo decidió acercarse y sentarse al lado de su compañera, sin decir nada, solo quería hacerle compañía.
La pelinegra notó como su amiga estaba mirándola de reojo, tal vez era el momento perfecto para hablarlo, para contarle lo que en realidad había pasado en esas "vacaciones".

— Tuve problemas cuando salí de aquí... decidí realmente alejarme de todos, sobretodo de ti.

La chica lobo sintió como su corazón se partía en dos pero sabía que no era el momento, tenía que actuar como si no le afectará, al menos por ahora.

— Mi padre... mi padre falleció. —Wednesday sintió unas cuantas lágrimas resbalar por sus mejillas, para ella era realmente difícil hablar de este tema, no se lo había contado a nadie pero allí estaba, sintiéndose como una mierda y contándole esto a su única amiga, a la única persona que nunca la dejó de lado y la quiso incluso con el carácter que tenía— mi vida realmente cambio... empecé a tener este tipo de ataques por ansiedad y cuando volví aquí siento que empeoró, ahora también lastime a Bianca...

Enid estaba escuchando atentamente a la pelinegra. No quería interrumpirla, quería que se desahogara lo suficiente como para poder decirle algo, tenía tantas preguntas.

— No quiero lastimarte, no quiero lastimar a los demás pero no puedo evitar tener estos pensamientos, solo pienso en destruirme a mi misma, he perdido mi rumbo, lo he perdido todo, Enid.

— Eso no es cierto... —respondió Enid con un tono serio.

— No lo entiendes... estoy empezando a consumir esas pastillas...al principio solo tomaba una pero ahora, no puedo parar, siento que no puedo. Esas pastillas me hacen sentir bien, me hacen escapar al menos de la realidad pero... mi cuerpo tal vez no lo soporte del todo, no quiero que se vuelva una costumbre.

— Necesitas ayuda... —Enid estaba mirando con tristeza a la pelinegra, quería abrazarla y decirle que todo estaría bien, quería estar para ella.

— No es tan fácil, Enid. —respondió Wednesday quien había levantado un poco la mirada— si hablo de esto con mi madre, quien sabe a dónde podrían llevarme...

— No importa Wednesday, lo que importa es que estes bien, te harás más daño y realmente no quiero eso.

— No quiero irme, ¿entiendes?

— ¿Por qué no?

— ¡Porque no quiero dejarte!

Wednesday estaba apunto de llorar otra vez, se sentía bien cuando estaba con la chica lobo, no habían pasado tantos días juntas pero si la había extrañado, se odiaba así misma por no haberle escrito durante las vacaciones, por haberla tratado mal. Quería compensar todo eso.

— No quiero que te sientas mal por mi, si tu estas bien, yo también lo estaré.

— No mientas Enid, te preocupas por mi siempre pero... ¿Qué hay de ti? No soy idiota, he notado lo que pasa contigo y se que tienes un TCA...

— No importa... es un problema que puedo solucionar...

Wednesday tomó el brazo de Enid, lo apretó un poco fuerte haciéndole saber que ella no estaba sola.

— Tu importas, lo que pasé contigo también es importante, no tienes solo que preocuparte por los demás, no es justo.

— Gracias por decirme eso. —Enid empezó a llorar.

— Oh dios, no puedo creer que diga esto...mm...quieres... ¿quieres un abrazo?

Wednesday ni siquiera había abierto sus brazos y Enid ya se había lanzado sobre ella, aunque esto le hubiera molestado a la pelinegra, esta vez prefirió no decir nada.

Everlong - wenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora