05 de enero
Es de mañana, cuando París despierta abriendo de par en par sus inmensos y profundo ojos azules.
Él se encuentra en su cama, envuelto en sudor, con un intenso dolor en su cuerpo, pasa sus blancas manos por su frente, para acomodar su pelirrojo cabello lejos del alcance de sus ojos.
Trata de recordar, lo que sucedió anoche, pero solo evoca en su memoria estos vagos recuerdos; haber llegado mareado al edificio donde vive, sostenerse de las paredes para llegar a la puerta que le pertenece, irse contra el suelo, arrastrase para llegar a su cama y con mucha dificulta haberse sacado la ropa mojada.
Sus recuerdos son interrumpidos por un nauseabundo olor, que golpea su nariz, se incorpora para quedar sentado y buscar de donde procede, ese asqueroso olor, no tardo en darse cuenta de que viene de su ropa, que está tirada cerca de la cama... ¡Qué asco!
Se pone de pie para ir a darse un baño, pero un segundo aroma lo envuelve de golpe, gira su cabeza, guiado por su olfato, para conseguir solo dar vueltas en su propio eje, ... ¡Dulce!, ... ¡Cálido!, ... ¡Agradable! ... Demasiado delicioso ¿Pero de dónde venía?.
Decidió que era más necesario tomar un baño, para su cuerpo cansado, que saber de donde venía la agradable esencia.
Al tomar el picaporte de la puerta, mira con asombro el tatuaje que está en su ante brazo.
— ¡No!...! ¡No!...! Debe ser una broma —Se dirige a dentro del baño para meterse de golpe, tomar una esponja para refregar el tatuaje.
— ¡Bórrate, maldita sea! — Mientras tallaba con más fuerza su brazo —Esto debe ser una estúpida broma de Mark.
Se apuró lo más que pudo, para salir del baño y empezar a buscar ropa para vestirse. Miro la mesa de noche para tomar su celular y marcarle a su amigo el que no tardo en contestar
— ¿A qué se debe el honor?, ¿de que me llames, humano? ¿A esta hora de la mañana? — le contesta con una soñolienta voz.
— Deja la estúpida broma, Mark.
—No te entiendo... ¿Qué broma?
—¡La del tatuaje de omega en mi brazo!
—¿Por qué, yo tendría que hacer algo tan estúpido?, ¿Como tatuarte?
—¿Dónde compraste el hechizo? ¿Dime, como lo hiciste? — Sonó su voz con firmeza.
— Paris, créeme por esta vez ... Nadie es tan estúpido, para hacer una broma así.
Paris, camina nervioso por toda la habitación, miles de probabilidades recorrer en su mente, pero ninguna responde ¿Quién le estaría jugando una mala pasada?— Mark, ¡tengo miedo!... ¿Puedo ir a tu casa?
—¡Por supuesto que puedes!
Corta la llamada, para ir a la cocina y tomar una bolsa de basura y regresar a su dormitorio y botar la ropa que tan mal olía. Toma sus documentos, busca las llaves del carro de Mark, pero no las encuentra, se dirige hacia la salida vistiendo ropa deportiva de color negro, con un largo abrigo blanco, habré la puerta cuando vuelve a sentir ese agradable perfume.
— ¡¡¡Chocolate!!! — dice, cerrando la puerta
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cada vez que no lo hacen muere un pobre omega en el universo