22 de septiembre.
—Paris... Paris... Paris... Está preparado el desayuno... Paris... Banon está aquí, esperándote — Lo sacudía, pero Katashi, no lograba despertarlo— Paris, en los noticiarios de espectáculos, solo hablan de la máscara del estúpido conde.
Camino medio dormido, intentando de no chocar con los muebles a su paso, su hermano ya estaba sentando con la televisión encendida viendo como a cada momento mostraban la máscara.
Se refregaba los ojos con entusiasmo.
¿Que tenía de especial la máscara de Paris?, No tenía tantos diamantes ni joyas como las demás, era una estructura que dejaba ver la cara del conde a simple vista, lo que la hacía especial, era que en un momento del baile del palacio, las luces se apagaban y era aquí qué pequeñas y delicadas luces, se robaban las miradas, formando la figura de una cara de lobo, era lo único que por algunos momentos alumbro la sala de baile del palacio, pero lo suficiente para que toda la prensa que cubría el baile de primavera se sorprendieran, más aún cuando las orejas se movían de forma independiente.
—¡¡¡Es hermosa¡¡¡— Lo felicito Banon.
Paris aplaudía, con sus brazos por encima de su cabeza dando pequeños gritos de victoria, era justo, la reacción que deseaba provocar... impresión y sorpresa que quería obtener atrás vez de su trabajo.
—Quiero seguir escuchando como elogia a mi novio— Pedio Katashi tomando del brazo a Paris, para sentarlo y que desayunara subiendo más aún el volumen de televisor, que solo se desvanecían de elogio para el artista y creador de la máscara Paris Gallagher.
Los periodistas también hablaron de lo mucho que extrañaron al menor de los hijos del rey, quien atrás vez de una carta se disculpaba de no haber asistido por asunto de palacio, que necesitaba resolver de manera urgente.
Edmon era el menor de los hijos del rey, nunca dejaba que lo fotografiaran y su vida era totalmente reservada, solo se dejaba ver en esta fiesta de palacio, pero siempre detrás de la máscara que cubría su rostro.
30 de septiembre.
Caminaba despacio antes de llegar al auditorio, la ansiedad lo hace retroceder con su violín acuesta, sale a la plaza... mira como Taro, y Daiki lo esperan sentado en un banco debajo de la luz de un farol, no es el único que llega, son cientos de jóvenes esperando ser elegido, avanza raudo hacia ellos para sentarse al medio de ambos.
—No puedo— Dijo nervioso.
—Si puedes... Esperaste ¿Cuántos años por este momento?— Pregunto Daiki.
—Si puedo— Se puso de pie y camino veloz, entre otros que al igual que él esperaba.
No alcanzo a llegar al gran mural que era sostenido por los dos grandes grifos de hierro, cuando escucho que lo llamaban giro para darse cuenta de que era el director de y otros que estuvieron ese día de su audición.
—¿Joven Gallagher?— Lo que Banon asintió— Nos puede seguir.
