4 de febrero
Katashi, juega con su llavero, le gusta ponerlo bajo la luz del sol para poder ver como brilla, le gusta que tenga relieves y que las alas de verdad parezcan llamas rojas y amarillas.
Paris, entra a la habitación vistiendo traje formal negro, con el saco en la mano, zapatos y cinturón de un marrón oscuro, su camisa sin abotonar sus dos primeros botones.
—Demasiado elegante, para comer en la mesa plegable— Dice Katashi, asombrado de lo varonil y elegante que se puede ver su omega.
—Es mi mesa favorita en todo el mundo... después de comer debo ir al Banco, específicamente a la bóveda, para los clientes de Banco del Reino— Explica Paris, sentando junto a Katashi, para empezar a comer.
—¿Te puedo acompañar?
—Si te digo que no, de todos modos te la vas a arreglar para acompañarme, así que, si puedes acompañarme— Dice Paris, tomando el llavero que Katashi, ha dejado en la mesa. Le pregunta —¿Te gusto?
—Es hermoso, pero tú eres muy sexy, demasiado sexy— Lo atrae a su cuerpo para besar su mejilla. —Y ¿a qué vas al Banco del Reino?
—A noche hablé con Mark, se va de vacaciones con Amin, me parece que después de lo que pasaron necesitan un descanso... Y yo le perdí el carro a Mark y bueno, subasté en línea, unos de mis escarabajos, para pagar el carro que perdí— Dice Paris, encogiéndose de hombros.
—Me enorgullece, saber que tengo un novio como tú, he visto como cuidas a tus amigos— Lo vuelve a atraer hacia él, para llenar sus mejillas de besos.
—Sí, sí, sí, pero terminemos de comer, para irnos luego— Trata de esquivar los múltiples besos de su alfa.
Debo ser muy afortunado, piensa Katashi, mirando como Paris, se desplaza por las escaleras, para llegar a su destino, elegante, orgulloso, con su cabeza en alto y sus hombros rectos, se ve imponente como si todo el universo girara al rededor de él, piensa que fue una mala elección haber vestido ropa deportiva justamente hoy.
Les abren la puerta para que puedan entrar, se escucha la voz de un alfa que saludad a Paris.
—Paris, querido si hubiera sabido el toque maravilloso de tus feromonas, te hubiera invitado a salir hace mucho tiempo— Dice el alfa de nombre Pietro, que se les aproximaba.
Paris, puede escuchar el gruñido atrás de su espalda y un extraño escalofrío recorre su cuerpo.
—Pietro, él es mi alfa, Katashi Kimura, Katashi él es encargado, de finalizar la transacción entre yo y el Conde Muller, quien es el verdadero comprador de mi escarabajo de esmeralda— Los presenta Paris.
—Pietro Grasso, asistente del Conde Muller, un placer— Dice Pietro, alargando su mano, mirando a Katashi.
—Katashi Kimura, para mí no es un placer— Toma la mano ofrecida apretándola con fuerza sin soltarla. Siente ese malestar en su estómago, la sangre dirigiéndose de golpe en su cerebro, puede escuchar como bombea su corazón, que poco a poco, es consumido por la ira.
Cuando Pietro, logra salvar su mano del fuerte agarre de Katashi, le indica a Paris, por donde ir.
—Por aquí por favor— Le indica Pietro, para comenzar a caminar al lado de Paris, dejando a Katashi, los siguiera.
Camina escuchando la respiración pesada de su alfa detrás de él. El escalofrío aumenta, un osado Pietro, lleva su mano hacia la cintura del omega
— ¡Suficiente!— Dice Katashi, tensando su mandíbula, tomando con una sola mano cuello de Pietro— ¿Te gustaría oír, como cruje tu cuello?— Katashi, mira la cara desfigurada por el miedo.
