14 de agosto
Hace exactamente un mes, que pasaron los eventos que sacudieron la vida de Paris. Sigue con vigilancias día y noche, pero no deja de sentir temor.
Percibe como el cuerpo del alfa que estaba acostado a su lado se desplaza fuera de la cama hacia la entrada de su hogar.
—Esta es la tercera noche que pides algo para comer a la tres de la mañana... ¿Qué es hoy? ¿Pizza?— Pregunta Paris, cuando se asoma al comedor.
—No, pastel de chocolate con almendras— Responde sacando un poco para ofrecerle a Paris.
—No, no quiero... solo vengo por un vaso de agua— Bebe para luego guardar el vaso— Ve pronto a dormir y deja de comer tan tarde te hará mal a tu estómago.
—Espérame e iremos juntos a dormir— Pide mientras Paris, le revuelve el cabello.
16 de agosto
Es de mañana y escucha las arcadas de Katashi, que proviene del baño.
—Tus hermanos vienen de camino, te advertí que no comieras costillas de cerdo tan tarde... Habré la puta puerta Katashi— Golpea con su puño la puerta para que el alfa la habrá.
—No puedo...— Está demasiado avergonzado, sentado el piso helado, abrazado al baño, vomitando.
—Deja de comportarte como un cachorro y abre la puerta— Sigue insistiendo, pero todo intento es en vano, el alfa no abrirá la puerta— Si no me abres la puerta a mí, se las abrirás a tus hermanos que ya llegaron.
Se para y limpia el desastre que ha provocado, lava sus dientes y su cara para poder refrescarse.
Escucha como Taro, Daiki, sus sobrinos y los hermanos de Paris, lo llaman a través de la puerta, mira su reflejo en el espejo blanco como la nieve y sus grandes ojeras.
—Grandioso, ahora parezco un mapache— Se mira mientras arregla su cabello.
—Katashi, abre para que tu hermano te revise, acuérdate que mañana llegan mis padres, abre Katashi, ya no tengo paciencia— Lo amenaza apuntando la puerta cerrada.
—Es raro, nunca he visto a mi hermano enfermo, creo que no tengo ningún recuerdo de ello— Dice Daiki, mirando confundido a Taro.
—No, yo tampoco recuerdo haberlo visto, enfermo, supongo que ni siquiera lo he visto estornudar— Reflexiona Taro.
—Como no va a estar enfermo si anoche se comió dos porciones de costillas de cerdo a las tres de la mañana— Se acerca para gritarle a través de la puerta.
—Abre la puerta, para que Daiki te pueda revisar— Le pide enfadado Taro, a su hermano.
—Yo también soy paramédico, sé que las costillas me dañaron, el estómago, no soy estúpido— Reclama Katashi, abriendo por fin la puerta apoyándose con dificultad en el umbral.
Daiki, busca los ingredientes, en la cocina para preparar una sopa de pollo y mejorar el aspecto enfermo de Katashi.