16 de marzo.
Fay, vive afuera de la ciudad cruzando el río por unos de sus viejos puentes. Es una casa pequeña, de madera pintada de verde oscuro, con los marcos de la ventana blancos, vive solo.
Sentado en el comedor, mira su desayuno, apoyando sus codos en la mesa, se frota la cara, decide que no comerá, mira la hora en su teléfono, es temprano para ir a trabajar, se pone de pie rápido, bota en contenido de la taza en el fregadero y muele con la cuchara el pan tostado, dejando hechas migas lo bota a la basura.
Camina hasta un pequeño ropero, saca un abrigo mientras lo llaman desde la puerta, reconoce la voz de Haku. Se apresura para salir.
-¿Desayunaste?- Pregunta arreglándole la bufanda, cubriéndole totalmente el cuello.
-Sí, me costó, pero desayune- Miente.
-¿A qué hora terminas?, para ir a buscarte- Pregunta tomándolo de la mano, para llevarlo al trabajo en su carro.
-Estos días ha estado llena la cafetería, no sé si me pedirán que haga horas extra... Pero te aviso cuando falte poco para salir- Responde tomando asiento al lado de Haku.
-Tomaste tu medicamento- Quiso saber.
Como le molesta que siempre le pregunte por su medicación, pero entiende que trata de cuidarlo lo mejor que puede.
-Si la tome- Oculto su voz molesta lo mejor que pudo.
Observa por la ventanilla el puente que deben cruzar, le gusta ver todo congelado, hay pocos seres en la mañana, solo los que se dirigen a trabajar, está molesto, guarda silencio, está irritado con el mismo, no quiere hablar con Haku, no quiere que se preocupe más de la cuenta, menos por él.
-¿Sucede algo?- Pregunta Haku, sin dejar de mirar por donde conduce.
-Tengo sueño... No he dormido bien- Vuelve a mentir.
-¿Pesadillas?- Quiso saber.
-No, no son pesadillas... Insomnio- Dice la verdad, sus antidepresivos le causan insomnios y otros problemas más.
-Si quiere hoy puedo pasar la noche contigo- Le propone tomando su mano, para besarla.
-No es necesario- Dice, hay pequeños gestos que hace Haku, para hacerlo sonreír y ese es uno de ellos.
Hace dos años que trabaja en esa cafetería, está consiente que al principio lo contrataron por su apariencia tierna y amable. Le cuesta socializar , dar el primer paso, para conocer nuevas amistades, pero se esforzó mucho para ser un empleado ejemplar, nunca ha llegado tarde, el trato con los clientes es bueno, recuerda nombres, rostros con facilidad, puede recordar sin problema a los clientes frecuentes y sus gustos. Hay muchos clientes que solo le gusta como los atiende Fay, es despierto, atento y siempre que ha tenido algún problema lo ha resuelto sin llamar la atención, se esfuerza cada mañana, para salir de la cama y empezar su rutina, no importa como se encuentre cansado triste, irritado todos los días se levanta.
Ha terminado su turno, pero revisa nuevamente todo antes de despedirse de sus compañeros de trabajo, toma su teléfono detrás del mostrador, escribe.
Mensaje de Fay: Quizás si me gustaría que pasáramos esta noche juntos, si aún quieres.
No tardo recibir la respuesta que lo hace sonreír.
Mensaje de Haku: Yo siempre quiero pasar las noches contigo.