04 de febrero
Han pasado los días, más lento de lo normal, y el capitán Katashi sube las escaleras para ir al departamento de Paris, llevándole comida y algunas cervezas.
Ha observado como su omega, no se ha alimentado bien y aprovecha estos días de descanso para ir a visitarlo.
Mensaje de Katashi: si abres la puerta, puedo cocinar algo para ti, también tengo cerveza, chocolates y algunas botanas y cigarrillos de la marca que te gusta.
Mensaje de Paris: voy.
Demasiadas cosas piensa Paris, cuando deja pasar a Katashi.
—¿Por qué compraste tantas cosas?— pregunto Paris, que aún vestía su pijama negro.
—No sabía lo que necesitas, así que traje de todo un poco— Dijo el alfa cargando todas las bolsas hacia la cocina.
Se saca el abrigo dejando ver su ropa deportiva de color gris oscuro y sus zapatillas negras.
Paris, se arrima por detrás para abrazar a Katashi. Y poner su cabeza en la nuca del alfa
—¿Me abrazas? Déjame mirarte— Pide Katashi.
—No, no quiero que me mires, mientras te hablo, no quiero ver tu mirada de odio, cuando sepas lo que tengo que contar— Paris, apoya la frente en la espalda de Katashi.
—¿Si me quieres dejar?, solo dile de una vez, lo entenderé— Dice Katashi.
—Yo no quiero hacerte daño y si al final eres tú el que decide dejar todo esto de lado, si al final eres tú el que decide tomar otro camino, también lo entenderé.
—Solo dilo de una vez... Por favor Paris, solo dilo de una vez— Pidió Katashi.
—Fui a una reunión con Yuu... mi matriz no está madura y puede que nunca lo esté, no puedo darte hijos, soy infértil... Yo lo siento tanto, no quiero ver tu cara de odio, no quiero ver como te alejas— Dice Paris, dejando salir un suspiro, soltando eso que tanto lo angustiaba.
El silencio se apoderó del departamento, solo se puede escuchar el latido de ambos. Paris deja de abrazar dejando caer sus brazos, da un paso atrás y mira el suelo.
—Si quieres irte, lo comprendo— Se puede escuchar la voz Paris, como un susurro.—¿Cómo podría yo alejarme de ti?— Se aproxima con su mano para tratar de que Paris levante la mirada.
— ¿Sabes cuantos alfas han muerto, por un omega que nunca apareció?... Soy tan afortunado de solo abrazarte, soy feliz con solo mirarte— Lo atrae con ternura, hacías sus brazos
.—¿Entonces me perdonas?— Pregunto Paris.
—¿Por qué tendría que perdonarte, por algo que tú no controlas? Incluso si fueras fértil y no quisieras tener hijos, yo estaría a tu lado por siempre— Le explica Katashi, acariciándole el cabello.
—¿No estás triste?— Pregunto Paris.
—Si lo estoy, hubiera sido hermoso, tener tres cachorros de cabellera rojiza corriendo, por el departamento— Se lo puede escuchar un dejo de tristezas en sus palabras.
—Me molesté cuando me acusaste de engañarte— Paris, se separa de Katashi para poder mirarlo.
—Tengo derecho a guardar silencio, tengo derecho a un abogado y por último tengo derecho a una llamada— Dice Katashi, empezando a guardar lo que compro en las alacenas, riendo de forma sarcástica.
—¿De verdad, es lo único que dirás?— Paris, lo mira asombrado por el descaro de Katashi.
—Me disculparé por pensar que me engañabas... Lo siento... pero no me disculparé por ser celoso— Dice Katashi cruzando sus brazos a la altura de su pecho mirando con orgullo a Paris.
—Y por lo del rastreador en mi teléfono, ¿te disculparás?— Quiso saber Paris, que aún no salía de asombro, del descaro de Katashi.
—Tampoco me disculparé por eso, admite que no estás molesto por ello, admite que te gusto que te siguiera— Y ahora si, él estaba totalmente orgulloso de lo que acababa de decir.
—Tu, tu, tu— Dice Paris, señalándolo con el dedo— Alfa descarado.
—Si soy descarado, celoso, territorial y no voy a dejar que nadie me aleje de ti, si alguien intenta hacerlo, primero lo destrozó— Dice Katashi tomándolo por el brazo para tenerlo cerca de él
.—Suelta, que me sueltes Katashi— Trato de zafarse, pero los fuertes brazos de Katashi, no se lo permitieron.
—Escucha Paris, da gracias que solo te seguí y no te secuestre como lo tenía planeado y si te hubieras querido soltar lo hubieras hecho desde que te tome del brazo— Paris, pudo sentir la nariz de Katashi, subiendo por cuello dejando salir por su boca el aliento tibio asta que sus labios llegaron a su oreja, para susurrarle—¿te gustaría ser secuestrado?
—Si me sueltas, te diré que hay en mi habitación, que te pude interesar— Ahora era Paris, quien tomaba, la iniciativa hablándole en el oído de Katashi.
.—¿Si te suelto escaparás?— pregunto.
—Eso tendrías que averiguarlo— Dice Paris, mientras que Katashi, lo deja de abrasar.
Paris, escapa hacia su habitación serrando la puerta con fuerza.
Escucha la fuerte y ronca voz de Katashi.
—Pequeño, mimado y mentiroso, te atreves a escapar— Le grita un engañado Katashi, desde la cocina.
Paris, asoma la mitad de su cuerpo, por la puerta de su habitación, para mirar al ofendido alfa.
—Katashi— Lo llama para que lo mire y le lanza el llavero de Suzaku, hermosamente decorado por piedras preciosas— Para cuando quieras secuestrarme, deberías saber que si lo haces, espero que sea con tu uniforme de militar, y lo que hay en mi habitación es un gran espejo que da a mi cama.
—De verdad tienes un espejo— Pero Paris, ya no estaba, miro el llavero, se sonrió, era hermoso, pero lo que más le gustaba era que tenía las llaves del departamento de Paris, le habían dado la oportunidad de ir cuando quisiera.
Ya no tendría que llamar o mandar mensajes, para ser recibido.