Capitulo 12~ Ephrata.

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— Majestad, debe levantarse será un día ocupado para usted

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— Majestad, debe levantarse será un día ocupado para usted. — Escucho la típica voz de todos los días de la sirvienta. Restriego mis ojos y trato de analizar lo qué pasó anoche. Volteo y veo que el otro lado de la cama está vacío, no hay rastros de Aizen.

     Lo único que cubría mi desnudes era aquella fina sabana a lo que la sirvienta toma mi bata y la extiende para que logre colocármela.  Trate de levantarme, pero las fuerzas me faltaban y antes de tropezar me sostengo de la esquina de la cama.

— Majestad, ¿Se encuentra bien?

      Asentí sabiendo que la respuesta era obviamente que no, no tenía fuerzas ni para posarme de pie, por lo que las encargadas de mi se encargaron de ducharme y vestirme como de costumbre. Mientras lo hacían veo mi cuello rojo y dos puntos que indicaban los colmillos. En mi entre pierna también tenía unos cuantos, aunque no dolieran mi fuerza corporal la siento por los suelos.

    Quise seguir en cama luego de la ducha y desayunar. A Rudi no le agrado la idea así que fue en busca de Taitus debido a que hoy empezaba mi tratamiento de la maldición, aunque ya se deshicieron de la piedra, todavía había rastros de ella en mi.

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— Volteé.... — Dice y obedezco. — Mire hacía aquí.... Bien, puedes volver a la cama. — Dice Taitus, para luego darme una taza de algo negro dentro. — Bébelo, le dará energías.

Lo tomo sin dudar con mis pies entrelazados sobre la cama. — ¿Que hay sobre la maldición? — Pregunto.

— Aún falta por retirarla por completo, debido a tantos años con ella... vamos a durar un poco. — Me informa recogiendo unas yerbas con las que preparó el té que me dio.

Lo termino y lo coloco en la mesa Justo a mi lado.

— Debe decirle que no lo haga. Su cuerpo es muy débil y no podré ayudarla si le falta la cantidad de sangre que te falta.— Habla Taitus y lo miro algo apenada.

— Pero...

— Si lo hizo en contra de su voluntad, hablaré con el...

— Q-que?... N-no no hizo nada en contra, de hecho fui yo quien le insistí que lo hiciera debido a que presencie su sed de sangre. — Dije tartamudeando.

— No lo vuelvas hacer, el terminará matándola... debe alejarse cuando el vuelva a tener sed. — Dice terminado de recoger todo. — Si me disculpa. — Hace reverencia para luego salir de allí, por alguna extraña razón lo sentí enojado. ¿O Quizás son imaginaciones mías?



Aizen Novachrono

          Me encontraba en la arena de entrenamiento, y mientras peleaba espada contra espada con Josh no prestaba atención totalmente. Aún podía saborear su sangre, nunca había bebido una sangre tan dulce y deliciosa como la de ella. Anoche perdí el control por unos minutos, pero gracias a que entré en razón no termino siendo mía completamente.

AIZEN. ⒸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora