Capitulo 10 ~ El duque Taitus.

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— Mi Lutus! Te extrañe mucho

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— Mi Lutus! Te extrañe mucho...— Digo abrazando y acariciando a mi enorme dragon.

Por otro lado a distancia de mi había otro dragón sumamente gigante le duplicaba el tamaño a Lutus y su color era completamente negro, estaba dormido por lo que no pude ver sus ojos. Lutus no ha dejado de gruñir y frotar su cara con mi cuerpo. Haciendo que cayera al suelo. Me extraño mucho... lo se!

— Majestad... tenga cuidado, su vestido se ensuciara. — Dice Rudi nervioso y distanciado.

— Cuanto te eche de menos... ¿Te están alimentando bien? — Le hablo a Lutus aunque se que no me entiende. Soy como una madre preocupada por su hijo.

— No se preocupe, Lo están alimentando bien... de lo contrario lo habría comunicado con su majestad el Rey. — Habla un hombre acercándose. Un cabello largo y blanco llamo mucho mi atención. Parecía de unos treinta, pero por su hablar diría que es aún más mayor.

— Buenas tardes, duque Taitus

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— Buenas tardes, duque Taitus. — Habla Rudi rápidamente y hace reverencia, por lo que también lo hago.

— No necesita hacer reverencia a un simple duque, majestad. — Dice Taitus.

— ¿A no? — Pregunto.

— Usted es la esposa de su majestad, así que no está permitido que la realeza se agache ante nadie que no sea el rey.  — Me informa Rudi.

— Ouu! No lo sabía, Lo siento...— Dije apenada.

— No se preocupe. Y respecto a este amiguito... esté tranquila yo me aseguraré de su salud.

— Muchas gracias... se lo agradecería muchísimo ya que es la única familia que tengo aquí. — Dije sonriéndole y sin dejar de acariciar a Lutus.

   Por alguna extraña razón me sentí bien hablando con este hombre. Algo me llamo la atención de el y es que tenía en su manos el tatuaje de látigos negros, todos los magos posee uno. Era muy probable que me encontrara a uno ya que ahora vivía en el palacio. Quería hacerle miles de preguntas de su raza, pero me contuve.

— ¿Se dedica a cuidar dragones? — Pregunto.

— Solo el de su majestad y ahora el de usted.

— Entiendo.

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