The meeting: Cap. 4

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Flashback

—Mamá, llegué—.
Camila fue hacia la sala de estar y se recostó en el sofá poniendo su cabeza en el regazo de su madre y recibiendo caricias en su pelo casi de manera inmediata.

—¿Cómo te ha ido hoy, cielo?—.
Preguntó Sinuhé mirando las facciones de su hija y sonriendo.

—Bien, aprobamos el trabajo grupal con Dinah y las gemelas. Por cierto, Lauren ha preguntado si puede venir a cenar, dice que no tiene nada que hacer y que le gustaría venir a visitarlos—.
Su madre asintió y le acarició la mejilla.

—Felicitaciones, cielo. Eso merece una recompensa y en cuanto a Lauren, tú sabes que ella solo debe tocar la puerta y siempre habrá un plato para ella; es más, tu padre ha comprado un vino para compartir con ella y todo—.
La cara de emoción que tenía su madre al contar todo aquello hizo que Camila tomara su celular y para mandarle un mensaje a su amiga.

Mensaje de voz para: Laur 🥘

''Estoy aquí con mi madre que casi se ofende porque has preguntado si podías venir a cenar y...

¡Lauren, cielo! vente a cenar hoy que haré lasaña y Alejandro ha comprado un vino, te esperamos a las nueve, ¡saludos!

... Bueno ya la escuchaste, te esperamos''

Mensaje de: Laur 🥘

"Me hacen dar ganas de llorar, iré en hora y media, nos vemos, Camz"

—Ha dicho que viene, iré a mi habitación—.
La morena subió a su habitación y luego de resolver su tarea escolar se quedó con el celular hasta que su madre la llamó nuevamente para poner la mesa.
—Papá, ¿me pasa un vaso para Lauren?—.
Alejandro no respondió pero enseguida le pasó el vaso.

Sinuhé entró al comedor limpiándose las manos luego de sacar la lasaña al horno y miró a su esposo.

—¿Ha sabido algo de Gemma?—.

La hermana de Camila no había pisado la casa desde hacía ya cuatro días y aunque sus padres estaban acostumbrados a su ausencia, nunca dejaban de preocuparse.

—Austin me avisó que Gemma estaba en su casa, que probablemente la traería mañana—.

Camila solo escuchó en silencio aquello y terminó de poner la mesa, ni siquiera se atrevió a ver las caras tristes de sus padres al hablar de su hermana.
La puerta sonó y la morena fue a abrir. Lauren estaba allí parada con el cabello un poco húmedo, la chaqueta de jean con cordero dentro, y en sus manos una bandeja de vidrio recubierta con papel aluminio.

—Buenas noches, Camz—.
Camila se movió rápidamente de la entrada para darle paso a Lauren, ya que estaba casi temblando de frío y luego de abrazarse, ambas fueron a la cocina donde recibieron a la pelinegra con abrazos y sonrisas.

—Que alegría tenerte aquí, siéntate que la comida se enfría. Traeré algo que he comprado—.

Todos se sentaron y sirvieron la comida mientras que Alejandro buscaba el vino que había comprado.

—Pasame tu plato, Laur—.
La ojiverde le alcanzó su plato a su amiga viendo como esta le servía un gran trozo de lasaña.

—Gracias, tiene una pinta tremenda—.
Alejandro le sirvió una copa de vino y la ojiverde lo probó al instante.
—Mmm, es un dulce del... ¿Ochenta?—.
El padre de Camila abrió grandes los ojos al escuchar aquello y Camila la miró burlona.

—¿Acaso catas vinos ahora?—.
Preguntó en un tono divertido.

—He ido a varias catas de vino, además mi padre es pastor y digamos que por un par de años yo elegía la mejor sangre de cristo para las misas—.
Las risas inundaron el comedor y siguieron cenando entre charlas del cumpleaños de la ojiverde para el cual faltaba poco y el examen aprobado de la morena.

It HurtsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora