Anexo: "Lauren's song" PT. 7

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Nota: Este es un capítulo muuy largo porque a partir de acá la historia da otro giro. Espero lo disfruten.

Pd: ya estamos cerca del final. (Perdón si hay errores, no lo revisé antes de publicar)

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Narrador (Capítulo extenso)

Si alguien preguntara "¿Cuál fue la época más oscura de Lauren Jauregui?" Cualquiera, inclusive sus amigos, responderían que los dieciséis años.

Lauren, como casi todo adolescente, no tomó dimensión de sus acciones, no fue capaz de ver el daño que infligió en terceros debido a sus necesidades narcisistas. Tampoco entendió lo que había significado ser excomulgada de su familia hasta que fue a su casa y en su habitación tan solo había cajas con su ropa adentro y su colchón sin sábanas, sus padres no le hablaban y tampoco había un lugar para ella en la mesa.

—¿Y por qué no vas a terapia?—.
Preguntó Sarah dándole una calada al cigarrillo de Lauren para luego devolvérselo. Ambas caminaban aquella noche de verano por el barrio de la mayor, siendo iluminadas por la luz de las farolas y acompañadas por el sonido de sus pisadas.

—No, no tengo dinero para eso y dudo mucho que me sirva—.
Lauren dio un golpecito en su cigarrillo para quitar el sobrante de ceniza y se lo llevó a los labios nuevamente.
—¿Sabes algo de Lucy? No la he visto desde que comenzaron las vacaciones—.

—Sus padres regresaron de viaje y vieron que ella reprobó todas las asignaturas, así que la están obligando a estudiar y no la dejan salir—.
Explicó mientras soltaba el humo por su boca.
—¿A tí cómo te va en el instituto?—.
Lauren la miró un segundo y se encogió de hombros.

—Bien, supongo. No repruebo nada desde el año pasado, gané un par de competencias y por ende obtuve más puntos de promedio—.
Sarah asintió y se remojó los labios mientras miraba la calle donde iban caminando.

—Lau, ¿no crees que deberías organizar un poco tu vida? Lo digo en el sentido de que siento que no estás en buenos pasos... No es que alguno de nosotros lo esté, ¿sabes? Pero a ti te veo potencial, como también poco autocontrol—.
Lauren miró a Sarah casi incrédula y con un poco de desdén.
—No me mires así, pero te lo estoy diciendo tan sobria como puedo estar. Y no quiero meterme en tu vida ni nada parecido, pero tal vez podrías organizar tus cosas y hablar con tus padres—.
Sarah tomó el cigarrillo de Lauren y le dio otra calada antes de dárselo, dejando que el humo se escapara por sus fosas nasales.

—Que mis padres se vayan a la mierda, Sarah. No sabes lo que es vivir con ellos, todo es Dios, ¿estás deprimido? Pues reza, ¿sientes que quieres morir? Reza. Nunca en mi vida me sentí tan dejada de lado como viviendo con ellos—.
Lauren frunció el ceño y sintió su corazón batiendo contra su pecho.

—Creo que sabiendo a fondo la vida del resto, lo tuyo queda como problemas de privilegiada. Apuesto mi vida a que Mani o Sam hubieran matado por tener tu vida, tus padres. Y tienes razón, no sé lo que es vivir con tus padres, pero ya he hablado con ellos las pocas mañanas que amanecí en tu casa y no son malas personas... Ellos se preocupan por ti, te quieren y me parece algo retorcido que a ti no se te mueva ni un pelo al saber que ya no eres recibida en tu casa—.
Hizo una pequeña pausa para encender un cigarrillo y titubeó un poco antes de seguir hablando. No quería ser entrometida, pero su conciencia no la dejaba tranquila.
—Tú tienes los mejores padres del grupo, deberías sacar provecho de ello y tener una mejor vida, ir a la universidad y dejar todo esto. Créeme que has cambiado mucho y lastimas a la gente que quieres sin darte cuenta—.
Sarah era dotada de una hermosa sonrisa y un tono alegre para decir las cosas, pero la prematura madurez que había ganado debido a sus experiencias de vida, le permitían hablar de temas serios como si de un adulto se tratara y no de una adolescente de diecinueve años.

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