The loving: Cap 18.

197 27 21
                                    

Narrador.

—Lauren y yo solíamos tener una vida sexual bastante activa. Yo disfrutaba cada segundo con ella, me hacía sentir deseada, amada y me cuidaba mucho—.
Dijo Camila luego de remojarse los labios.
—Con ella exploré muchas cosas nuevas y me gusta creer que conmigo se la pasaba bien—.

Flashback

Camila se reverenció ante Michael y lo miró a los ojos.

—El cuerpo de Cristo—.
Dijo él en un tono firme y Camila pestañeó antes de responder.

—Amén—.
Después de decir aquello, movió la cabeza un poco hacia atrás, sacó la lengua y recibió la hostia, luego de eso se fue hacia las banquetas y revisó su celular.

Mensaje de: Laur 🥘

"Acabo de ver cómo has recibido al cuerpo de Cristo, eso fue sexy. Estoy en el patio trasero"

Camila se levantó disimuladamente y fue a la parte trasera de la iglesia, donde Lauren estaba barriendo y fumando un cigarrillo. 

—Esperé una hora para verte e incluso tomé la hostia para que tú estés aquí—.
Lauren tiró la ceniza del cigarrillo y abrazó a Camila para luego besarla.

—No me dejan entrar en la misa, ya te había dicho—.
Dijo mientras continuaba besándole los labios.

Lauren ayudaba en la iglesia dándole mantenimiento, atendiendo eventos de caridad y recogiendo los pedidos mensuales de su padre. Aquello lo hacía a voluntad, como una pequeña forma de recompensar todo el daño que había hecho. Pero sus padres no la dejaban entrar en la misa debido a que, para ellos, Lauren no era digna ni merecedora de estar ahí. 

—¿Vamos a casa? Tengo hambre—.
Preguntó Camila haciendo pucheros y Lauren se mordió el labio inferior.

—No estaré libre hasta el medio día y lo sabes, ¿por qué no agarras el auto, compras comida y me esperas en casa? Podrías preparar el postre—.
La morena bufó y extendió la mano para recibir las llaves del auto.

—Sabes muy bien que no sé hacer nada dulce, Laur, te pediré helado—.
Reprochó y Lauren la miró con una sonrisa pícara. 

—El postre eres tú, cielo, espérame en la cama, desnuda y con las piernas bien abiertas... Y agradece que estamos en la casa de Dios, sino te daría un poco más de detalle—.
Camila se quedó con los labios entreabiertos mientras la pelinegra se iba a otro sector del patio y parpadeó un par de veces antes de ir hacia el auto.

●●●

—Joder, Camila, chupa... Eso, chupame así—.
Gimió Lauren mientras la morena lamía los empapados pliegues de su centro, pasando lentamente la punta de su lengua por los labios menores, bajando para rodear la entrada de la ojiverde y subiendo al clítoris, abordando todo el centro con la lengua y succionando levemente al final.
—Sigue así que estoy cerca, que bien lo haces, ¡así, así!—.
Lauren tomó los cabellos de la morena y comenzó a moverle la cabeza de atrás hacia adelante haciendo que la succión que Camila estaba aplicando se sintiera cien veces más placentera.

Camila acercó su mano al centro de Lauren e introdujo un dedo en esta, haciendo que la ojiverde arqueara la espalda y apretara las piernas.

—¡Sí, sigue, sigue!—.
Gimió Lauren moviendo la cadera en la boca de Camila, pero la morena se separó y se puso de rodillas en la cama, observando como la ojiverde la miraba de arriba hacia abajo, con sus mejillas rojas, labios hinchados y algunos cabellos pegados en la frente. Sonrió ante cómo se veía Lauren, recostada con sus senos expuestos, piernas abiertas y su centro empapado a plena vista. Camila se mordió el labio inferior y comenzó a frotarse el clítoris ante la hambrienta mirada de Lauren, mientras que a la vez se auto masajeaba uno de sus senos.
—Joder... Siéntate en mi cara—.
La voz ronca de la ojiverde hizo jadear a Camila y esta última gateó por la cama hasta llegar a donde la cabeza de la ojiverde se encontraba, puso una rodilla a cada costado de esta y sin mediar palabra cumplió con la petición de la mayor.

It HurtsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora