Anexo: "Lauren's song" PT. 6

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Narrador

La casa de Anne era la favorita de Lauren, después de la de Lucy, porque era un departamento. La castaña se había mudado a la zona céntrica al cumplir dieciocho y conseguir un empleo en una discoteca nueva. El departamento contaba con tres habitaciones, dos baños, una cocina, un comedor y una sala de estar. Sus padres habían colaborado un poco con la compra al igual que su hermana mayor. Pero volviendo al principio, Lauren amaba pasar el tiempo allí porque nadie la molestaba y como Anne era obsesiva por la limpieza, todo se mantenía en orden y condición.

-¡Quédate quieta, Lo! Si te mueves quedará feo-.
Harriet soltó una risita mientras luchaba con la ojiverde para poder maquillarla, mientras que esta última no paraba de moverse en la cama y hacerle cosquillas.
-Ya, tonta-.
La pelirroja le terminó de poner gloss en los labios y le dio un leve manotazo en el hombro entre risitas antes de darle el pequeño espejo.
-¿Qué opinas?-.
Preguntó mordisqueando sus labios con una sonrisa.

-Mmm, que me has dejado muy guapa y que eres lo mejor que me pasó en la vida-.
Lauren sonrió enseñando sus dientes y Harriet la tomó de las mejillas para besarla lento. La ojiverde se estremecía cuando Harriet la besaba, pues antes nadie la había besado como la pelirroja. Harriet tenía una forma muy suave de besar, se tomaba su tiempo para explorar los labios de Lauren y pasaba la punta de la lengua sutilmente por estos, dejando una sensación de querer más.
-Hazz-.
Jadeó la ojiverde al sentir como la lengua de su novia pasaba por la comisura de su labio.

-Dime-.
Susurró la pelirroja mientras bajaba sus besos por la mandíbula de su novia hasta llegar al cuello, arrancándole un gemido bajo y sintiendo cómo las manos de la ojiverde se posaban en sus caderas.

-¿Quieres quitarte esto?-.
Preguntó con un tono mañoso y tirando de la camiseta de tirantes que su novia llevaba puesta.

Harriet se quitó la camiseta, quedando con sus senos expuestos y Lauren se mordió los labios al ver la piel lechosa y suave. Sus manos se dirigieron a los senos de Harriet y los masajeó lento y suave, haciendo a la pelirroja jadear.

-Oigan, estamos haciendo tarta de manzana con Sarah, y Caleb ha ido a por helado. Vístanse y vayan a la cocina si quieren un poco-.
Dijo Anne, entrando a la habitación y haciendo contacto visual con sus amigas, sin inmutarse ni un poco por la escena comprometedora, a diferencia de Harriet que se cubrió el torso con su camiseta y la cara ruborizada con las manos.

Desde que se habían hecho novias, Lauren se veía un poco más felíz y Harriet estaba más que enamorada. La ojiverde consumía un poco menos y, al pasar más tiempo con la pelirroja, salía menos. Claro que Lauren seguía consumiendo, puesto a que si no consumía una cierta cantidad entonces entraría en abstinencia y solo Dios, sus padres y ella sabían de qué era capaz en ese estado. Pero Harriet la hacía enfocar en cosas que Lauren había dejado de darle importancia hacía bastante tiempo. Lauren podía notar las ganas de su novia de que ella saliera adelante.

-¡Tú puedes, Lolo!-.
Exclamó Harriet desde la tribuna, con una enorme sonrisa y filmando con su teléfono.

Era la tercera competencia estatal de matemáticas del año, y Lauren, nuevamente, estaba a la cabeza del equipo representante del instituto Heaven. Su grupo había pasado con facilidad las primeras cuatro fases, eliminando así a cuatro grupos y quedando en la final con un instituto privado. Ahora tenían que realizar los últimos cuatro cálculos en menos de cinco minutos, cálculos que normalmente llevarían al menos veinte minutos para resolver.

-¡Vamos, Lo!-.

Lauren sonrió al oír la voz de Harriet y presionó el botón para indicar que había terminado, entregó la hoja y tras unos minutos de corrección, un visto bueno de mostró en la pantalla indicando que Lauren era la campeona y que el instituto Heaven era ganador de un premio monetario el cual permitiría tener más becados y reformar el pequeño laboratorio que la ojiverde había ganado en competencias anteriores. Confetis volaron por todo el salón, el grupo se abrazó, los profesores felicitaron a la ojiverde y Harriet corrió desde la tribuna hasta el escenario para abrazar a su novia.

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