Chapter 3: The hurting. (Cap. 20)

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Narrador.

—En el receso de verano de ese año empezamos a ir mucho a la casa de Lucy, pasábamos el rato, los amigos de Lauren hacían sus... Cosas, pero principalmente ibamos a comer o a tomar algo. Fue una de esas veces donde conocí a alguien muy particular—.

Flashback

—No han escrito nada en el grupo, cielo, pero sabes cómo son ellos, solo debemos ir y me apuesto lo que quieras a que estarán todos allí—.
Dijo Lauren mientras conducía con una mano y con la otra le acariciaba el muslo a la morena.

—¿Crees que podríamos ir por un helado a la vuelta?—.
Lauren la observó unos pequeños segundos antes de volver a mirar la calle y sonrió.

—¿Desde cuando preguntas si podemos ir a por un helado? Sólo dime que quieres uno e iremos—.
Camila soltó una risita y le besó la mejilla para luego acariciarle la parte de atrás de la cabeza, justo arriba de la nuca que era donde más le gustaba a la ojiverde.

—Te amo, cachito—.

Lauren tocó la puerta de la casa de Lucy un par de veces, pero nadie la atendió, recién a la quinta vez de tocar fue cuando Lucy abrió la puerta, y su gesto al ver a su amiga y a la morena allí no fue muy bueno. Parecía que aquella chica, además de estar drogada, estaba nerviosa.

—Lo, ¿qué haces por aquí?—.
Una mueca de confusión se formó en la cara de Lauren y miró a Lucy con los ojos entrecerrados.

—No enviaron ningún mensaje así que vine... Como siempre, ¿estás bien?—.
Lauren dio unos pasos hacia adelante, forzando así a Lucy a retroceder.

—Permiso, Lu, debo ir al baño—.
Dijo Camila rápidamente antes de pasar casi corriendo y Lucy la miró con los ojos bien abiertos.

—Camila, espe... Lauren, no creo que hoy sea el mejor día para que vengas—
Lauren comenzó a caminar a la sala de estar oyendo las voces de sus amigos proviniendo de la cocina.

—¿Realmente estás bien?, ¿están todos aquí, verdad?—.
Lucy fue con ella, tomándola del brazo y miró nerviosa como su amiga se sentaba en uno de los sillones, ella también se sentó en uno frente a la ojiverde y suspiró.

—Sí, sí, están todos. No... No avisaste que venías—.
Dijo rápidamente mientras miraba repetidas veces hacia la puerta de la sala de estar que conectaba a la cocina.

Camila se hizo presente en la sala de estar y se sentó a un lado de la ojiverde, mirando algo confundida la interacción que estaba teniendo con su amiga.

—Lu, nunca aviso cuando vengo, ¿no has tomado nada fuerte?—.
Lucy susurró un "Mierda" mirando a la puerta y volvió a mirar a Lauren.

—Nada fuera de lo común, pero en serio no creo que sea el mejor momento para que estés aquí, Lo—.
Dijo nerviosa y Lauren frunció el ceño mirándola.

—Lucy, dime qué está pasando—.
Dijo en un tono más serio y ya preocupada.

—Lauren, yo...—.
Las palabras de Lucy fueron interrumpidas.

—¿Lauren?—.
La ojiverde dejó de fruncir el ceño y se quedó mirando a Lucy en shock, sin voltear la vista por unos largos segundos. Ambas amigas se miraron de la misma forma hasta que Lucy apretó los ojos y allí fue cuando Lauren volteó su vista a la puerta de la sala de estar.

Aquella cabellera pelirroja, ondulada y peinada como siempre, los ojos celestes, la tez pálida y los labios con una fina capa de gloss de cereza haciéndolos más brillosos y rosados de lo normal. Aquél porte firme y aura sensual, las pequeñas pecas en los pómulos, su misma altura y unos dientes perfectamente perlados. Lauren apenas pudo respirar al verla allí.

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