The meeting: Cap 8

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Narrador.

—¡Camila Cabello!—.
Tras un pequeño suspiro salido de sus labios y su pesadez al caminar, finalmente se encontraba en aquél sillón de cuerina que no paraba de rechinar ante el más mínimo movimiento de su cuerpo.

—Buenas tardes, Camila, ¿cómo te sientes hoy?—.
La morena puso su lengua entre su labio inferior y sus dientes, y mirando a un costado fijamente entre abrió los labios y negó.

—No muy bien si soy sincera—.
La mujer presionó el botón de su bolígrafo haciendo que Camila la mirara por un segundo con sus ojos cristalizados.
—Me duele recordar estas cosas, a veces pienso que si hubiera hecho las cosas de otra manera seguiría con ella—.
La morena luchó contra el sollozo que se le había instalado en la garganta y tragó sintiendo aquel nudo que tanto odiaba.

—Recordar el pasado es doloroso, más aún si las heridas que este dejó aún son nuevas pero siempre será necesario recordarlo no solo para reafirmar quienes somos sino para sanar. Si quieres podemos hablar de otra cosa—.
El tono dulce de su voz y el ceño calmo hacían que Camila se sintiera más segura de hablar, claro que le costaría bastante ya que el cúmulo se sentimientos que estaba atravezando la dejaba prácticamente muda.

—Al otro día de la fiesta me sentía terrible...—.
Dijo luego de suspirar.

Flashback.

Los ojos de Camila se abrieron por el sol que entraba por la ventana. Estaba en la cama de Dinah y su amiga en un colchón en el suelo con tan sólo una sábana cubriendola.

Tomó su celular y miró la hora.

—¡Mierda!—.
Eran las diez de la mañana, su familia desayunaba a las nueve y su madre le había dicho que debía estar ahi para el desayuno.
—¡Mierda!—.
Dos llamadas perdidas de su madre, un par de mensajes de texto y cinco notificaciones de Lauren.
—¡Dinah, despierta!—.
Tras dos gritos la rubia se sentó con los ojos aún cerrados y los abrió lentamente con el ceño fruncido.

—¿Qué pasó?—.
Preguntó con la voz ronca y frotándose los ojos.

—¡Son las diez, debo irme!—.
Dinah alzó las cejas un segundo y con su mano tanteo la mesa en busca de sus llaves pero en vez de sentir estas pudo notar que había un sobre en su mesa el cual lo tomó y leyó la nota.

"Camila me ha dicho que tu película favorita es El Señor de los Anillos, así que pensé que te agradaría esto"

Para: Dinah

De: Lauren

Pd: Nunca pierdas la esperanza de completar colecciones.

—¡No puede ser!, ¡no puede ser!—.
Camila se asustó y miró lo que su amiga tenía entre las manos.
—¡Es el collar del señor de los anillos!, ¡edición limitada y no había más de estos!—.
Los labios de la morena se entreabieron sin entender.
—Lauren me lo dejó aquí, aunque no sé como hizo si estaba todo cerrado...de todas formas, Camila esto le debe haber costado miles—.
Ni siquiera la cara de felicidad de Dinah poniéndose el collar de cadena ultra fina con un anillo de oro con inscripciones pudieron cambiar la expresión descompuesta de Camila y eso fue algo que la rubia notó.

—Dinah—.
Su ceño estaba levemente fruncido y su mano estaba presionando su celular.
—Lauren me besó anoche—.
Los ojos de Dinah se abrieron en sorpresa y presionó sus labios suprimiendo el pequeño grito que iba a salir de su boca.

—¿Cuándo?, cuéntame, ¿qué le dijiste?—.
La velocidad de las preguntas de la rubia aturdio un poco a Camila.

—Anoche me dijo que si la acompañaba a fumar, subimos a tu terraza y hablamos de la fiesta, ella me dijo que estaba aburrida y que le faltaba algo—.
Camila tragó en seco sintiendo nuevamente la impotencia.
—Cuando le pregunté que qué le faltaba me besó...le pregunté que por qué había hecho eso, ¿y sabes que me dijo? ¡que sentía la necesidad de besarme!—.
Mordió su labio inferior con nerviosismo y enojo, y observó como su amiga se rascaba la nunca tal vez pensando en una respuesta adecuada para aquello.

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