The loving: Cap. 12

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Flashback

Narrador

—¡Anda!, ¿¡por qué mierda te cuesta tanto dármelo y ya!?—.
Camila observaba todo en silencio mientras Gemma caminaba de un lado a otro por la sala de estar y su madre la miraba con el ceño fruncido.

—Primero porque has desaparecido dos semanas sin aviso, ¡dos semanas, Gemma!, ¡ni siquiera Austin sabía dónde estabas!, ¡tuvimos que ir a ese barrio espantoso y meternos en una casa llena de drogadictos para sacarte de ahí casi inconsciente!—.
Se podía notar el dolor en la voz de Sinuhé, Camila sabía que a su madre le hería mucho que su hermana fuese así.
—No voy a seguir pagando tu muerte, ya no, ya fue mucho para mí tener que ir a ese lugar—.
Su madre estaba parada con la barbilla en alto, las manos en la cintura y la mandíbula tensa.

—¡Pero que mierda de madre eres, eh!—.
Gritó Gemma pateando la mesa de café y se fue a su habitación subiendo las escaleras ruidosamente y dando un portazo.

—Joder—
Suspiró Sinuhé y se acomodó los lentes luego de sentarse a un lado de su hija en el sofá.
—Si la ve tu padre así se muere—.
Se quejó presionando el puente de su nariz. Camila sintió mucha pena por su madre, no era justo que una mujer tan buena y risueña como ella recibiera semejante castigo.

Interrupción del flashback

—¿Quieres entrar un poco en detalle de la causa del comportamiento de Gemma?—.
Camila se remojó los labios y asintió.

—Nací prematura, de seis meses y con muchas complicaciones, Gemma tenía nueve años en ese entonces y como mis padres estaban muy ocupados no solo yendo al hospital todo el día sino que también trabajando, la dejaban con una niñera que...—.
Hizo una pausa para tragar pesado.
—La niñera llevaba a su novio, se emborrachaba tanto que se quedaba dormida en el sillón y su novio se aprovechaba de Gemma de maneras horribles. Mis padres descubrieron eso cuando recién salí del hospital a mis ocho meses y aunque tomaron medidas legales, psicológicas e hicieron todo lo que pudieron para que ella estuviera bien, Gemma nunca los perdonó... Según lo que cuenta mi madre, Gemma comenzó a escaparse a los once, se drogaba y se quedaba en casas ajenas durante noches, la policía debía buscarla. Nunca conocí otra cara de mi hermana que no fuera esa, crecí viéndola así y aunque mis padres siempre dieron lo mejor de ellos para poder sanar todo, nunca se pudo... Tampoco me quiso nunca, siempre me culpó por todo lo que le pasó y bueno, eso. Pero continuando con lo que hablaba...—.
Dijo antes de empezar a sentir pena por su hermana.

Continuación del flashback

La puerta sonó y Sinuhé, saliendo de sus pensamiento, se levantó rápidamente mientras Camila se distraía en su móvil eligiendo qué foto con Lauren podía subir a sus redes.

—¡Pero mira quién vino!—.
Camila levantó su mirada y vio como la pelinegra entraba a la sala con una sonrisa que enseñaba sus dientes, en una mano tres cajas de pizza y en la otra una bolsa con dos refrescos, snacks y un bote de helado.

—¡Hey!—.
Lauren se acercó, apoyó las cosas en la mesa de café y abrazó a la morena mientras le dejaba un pequeño beso en la frente.

—¿Cómo has estado, cielo?, ¿cómo están?—.
Preguntó luego de sentarse y pasó uno de sus brazos por detrás de los hombros de Camila, y esta última posó su cabeza en el hombro de la mayor.

—Bien, supongo, no habías dicho que venías—.
Lauren frunció un poco el ceño al notar el tono un tanto apagado de Camila, la cual jugaba con los flecos de las roturas de sus jeans.

—Quería darte una sorpresa, ¿y usted como está, Sinuhé?—.
La madre de Camila, que traía los cubiertos de la cocina, arqueó las cejas un segundo y suspiró.

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