Capítulo 10

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Eran pasadas las diez de la mañana y Alfonso aún seguía durmiendo. Su celular seguía apagado y había ordenado dejar desconectado el teléfono de la casa. Aunque sabía que Hugo, el encargado de seguridad de la casa, se comunicaba con su madre con regularidad no le daba mayor importancia.

Toc Toc Toc

A:-mmmm siii?

H:-Joven Alfonso, soy Hugo.

A:-¿Qué sucede?

H:-Tengo a su madre al teléfono, quiere hablar con usted.

A:-Dile que sigo dormido.

H:-Está escuchando joven.

A:-haaaa.... pasa.

Hugo entró con el celular en la mano y Alfonso le hizo una señal para que se lo entregara mientras seguía en la cama con la cara enterrada en la almohada.

A:-¿Hola?

R:-Alfonso. Tu padre está echando chispas. ¿Por qué apagaste el celular y has desconectado los teléfonos de la casa?

A:-Estaba gritando sin sentido y la verdad no quiero escucharlo. Tengo dos semanas para relajarme aquí antes que empiece a llenar mi agenda con todas sus reuniones.

R:-Virginia está aquí, no quieres verla o hablar con ella?

A:-Ella sabe que iré a casa después de dos semanas, hablé con ella antes de salir para acá mamá.

R:-Hijo, ¿en verdad estarás solo allá? ¿Por qué no le avisas a tus amigos? o puedes llamar a Alondra para que vaya a hacerte compañía.

A:-Mamá basta. Quiero estar solo ya te lo dije por favor. Colgaré, quiero dormir todavía. Adiós.

R:-Espera Alf...

Una vez que colgó la llamada volvió a estirar la mano para devolverle el teléfono a Hugo.

A:-Hugo.

H:-Si joven.

A:-No vuelvas a pasarme llamadas, ¿entiendes?

H:-Joven su mamá me...

A:-Mientras esté aquí harán lo que yo les diga, ¿de acuerdo? Sobre todo no te la pases contándole todo lo que hago.

H:-Como diga joven.

A:-Cierra la puerta.

Alfonso trató de volver a quedarse dormido pero sus intentos fueron en vano. Se dio la vuelta para ver hacia el techo de su habitación cuando la puerta volvió a sonar.

Toc Toc

L:-¿Joven Alfonso?

A:-Si pasa.

Lucía traía una bandeja con el desayuno, ya casi eran las once de la mañana.

L:-Buenos días joven. Mi tía le manda su desayuno, un poco tarde porque no quería despertarlo.

A:-Lucía,¿ en qué quedamos ayer?

Parecía sorprendida de escucharlo decir eso.

L:-Es que ...

A:-Si de verdad te incomoda no lo hagas, no quiero forzarte a hacer nada que no quieras.

L:-No es eso. Es que aún no me acostumbro.

A:-Bien, mientras más practiques más rápido te acostumbraras.

L:-Claro.

Alfonso se levantó de la cama y fue al baño a lavarse la cara, luego se sentó en la mesa que estaba cerca de la ventana donde Lucía le acomodaba el desayuno.

A:-Dime Lucía, tengo curiosidad, ¿quieres aprender a nadar?

La chica estaba sorprendida por la pregunta.

L:-Sí...me encantaría pero...

A:-Entonces te enseñaré por la tarde, sepárame un poco de tu tiempo a las cuatro de la tarde ¿está bien?

L:-Pero jo..Alfonso. No creo que sea apropiado que tú...

A:-No te preocupes por eso. Sólo haz lo que te digo, soy un buen profesor, ya verás.

L:-Está bien, te veo en la piscina a esa hora.

A:-Perfecto.

L:-Permiso.

Salió de la habitación rápidamente. El desayuno nunca había sabido tan delicioso. Luego de terminar, él mismo bajó la bandeja hacia la cocina donde Ilda estaba conversando con Lucía, tenía curiosidad por saber de que hablaban así que se paró cerca de la puerta.

L:-Tía, hoy, el joven me ha dicho que me enseñará a nadar.

Ilda dejó caer el cucharón que sostenía en la mano.

I:-¿Qué? ¿el joven Alfonso dijo eso?

L:-Si.

I:-Que extraño hija, eso es muy inapropiado y lo sabes. Si la señora Regina se entera esta vez no podré ayudarte para que te quedes.

L:-Me dijo que no habría problema. Parece que solo quiere conversar con alguien, nada más.

I:-¿Estás segura? Lucía, el joven Alfonso es buena persona pero eso no quita que siga siendo nuestro jefe y su familia... No es bueno que cruces la línea hija.

L:-Lo sé tía, sé muy bien cual es mi lugar. No voy a cometer ningún tipo de indiscreción, si hay algo inapropiado yo misma me iré de la Isla.

El heredero de la familia CasteloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora