Capítulo 48

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Luciano abrazó a Alfonso de la misma manera como consolaba a su pequeña hija, con el amor de un padre acongojado por las tristes lágrimas de alguien muy especial. Alfonso le contó todo lo que había pasado desde la fiesta de cumpleaños, el acoso interminable de la prensa, la llamada de Alondra, la discusión con su madre, el violento encuentro con su papá y el adiós definitivo a Lucía.

L:- El dinero no es problema Alfonso, lo sabes bien. Si se trata de trabajo sabes que desde hace tiempo estamos planeando como llevar a cabo el proyecto de Natalia y estoy en búsqueda de un buen equipo de arquitectos. Para serte sincero me ahorraría muchísimo la búsqueda.

A:- Tengo que pedirle disculpas a todo mi equipo por meterlos en mis problemas y arruinar su trabajo.

L:- Tu no has arruinado nada Alfonso. Las amenazas de Vicente han llegado demasiado lejos y estoy seguro que cada uno de ellos lo sabe bien. 

A:- Aún así, podrían perder su trabajo por mi comportamiento.

L:- Vicente puede ser un idiota pero es hombre de negocios, sabe perfectamente que despedirlos a todos y contratar a alguien más es como comenzar de cero y él odia perder dinero y tiempo. La única forma es que ellos renuncien y eso será una decisión que tomaran de forma personal. El trabajo nunca les va a faltar te lo aseguro.

A:- Gracias y perdón por venir aquí, se que estás ocupado con la bebe y Natalia yo...

Luciano le sirvió un té para ayudar a calmarlo y se sentó frente a él. Alfonso estaba tan nervioso que sus manos temblaban y no podía tomar la taza con facilidad.

L:- He estado observándote todos estos años. Te he visto esforzarte por cumplir las expectativas de los demás, viviendo una vida para otros, siempre obligando a tu corazón a olvidar. Dejando pasar el tiempo y las cosas que amas para no decepcionar a nadie. Lo que ha sucedido simplemente es el resultado de la presión que han ejercido en ti desde muy pequeño. Sabes que eres como un hijo para mí y lo que deseo profundamente es que puedas encontrar paz. Debes alejarte de todo este ruido para pensar y encontrar lo que quieres hacer por ti.

A:- Me dijiste que no huyera Luciano.

L:- ¿Huir? no. Dejaste de hacerlo hace mucho tiempo. Te has enfrentado a cada reto que se te ha presentado sin dudar y con firmeza. Pero alejarte y estar solo te hará enfrentar el más duro problema Alfonso. Tu mismo. Cuestionarte sobre lo que quieres en realidad no es sencillo y encontrar la respuesta puede ser una tormenta difícil de enfrentar pero es tiempo que lo hagas y estando aquí es imposible.

A:- No creo que pueda estar tranquilo a donde sea que vaya.

L:- Mira, yo tengo una ONG que trabaja en darle una mejor condición de vida a niños en poblaciones alejadas en los Andes. Sería una buena oportunidad para cambiar de aires, deberás trabajar con los demás voluntarios y no te preocupes nadie ahí sabe quien eres o por lo menos a nadie le interesa, te lo aseguro. Pero solo irás si tu lo decides. Si quieres ir a otro lado puedo ayudarte, mientras tanto piénsalo y descansa. Quédate aquí si no te importa el llanto de mi bebé, nos valdría bien una mano extra en la madrugada.

A:- Lo pensaré y gracias.

Alfonso no se quedó a dormir donde Luciano, sabía que en estos momentos él y Natalia también necesitaban privacidad y los había importunado demasiado, así que decidió volver a su departamento. Le devolvió el auto a Mónica y habló con ella acerca de las posibles represarías que Vicente tomaría. Sin embargo ella le dijo lo que Luciano ya había anticipado, todos lo respaldaban y no dejarían sus proyectos a medias y si Vicente los maltrataba de alguna forma renunciarían de inmediato. Alfonso se sintió aliviado y agradecido por el apoyo de su equipo pero aún así no dejaba de pensar que sería su culpa si perdían lo que habían logrado construir.

A:- Hola Virginia, cómo está mi pequeña Almudena?

V:- Alo! Alfonso ! Dios mio, estaba angustiada. Almudena esta perfecta, ahorita esta durmiendo. ¿Cómo estás tu? Mónica me dijo que fue un escándalo cuando llegó mi padre, la señorita Pardo salió toda descompuesta de la oficina.

A:- La amenazó cruelmente y la trató de una manera despreciable. Ya no pude soportar más Virginia. 

V:- Entiendo. De verdad lo lamento tanto Alfonso. Nunca pude ser más fuerte para enfrentarme a él cuando comenzó a tratarte de esa manera. Yo debí apoyarte más y no dejarte solo...

A:- Tranquila, éramos niños. No podíamos hacer otra cosa. No te culpo de nada y no tendrías porque hacerlo tu. Los errores de nuestro padre son suyos nada más. 

V:- ¿Qué harás ahora?

A:- Luciano me ofreció un viaje lejos. Creo que lo aceptaré y será bueno descansar un rato mientras pienso las cosas. Pero no pienso volver a trabajar para nuestro padre. Eso ya se acabó.

V:- Puedes venir aquí también. Emilio estaría increíblemente feliz y yo tendría más ayuda.

A:- Iré a visitarlos antes de irme. Ahora quiero descansar. Te quiero, un beso a mis hermosos sobrinos. Adiós Virginia. 

V:- Te quiero Al. Adiós.

Irse lejos era la mejor opción que tenía. Recordó lo que les contó Francisco acerca de sus aventuras mientras viajaba por el mundo durante esos años que escapó del internado. Tal vez así conocería un poco más de él mismo y podría olvidar esta vez por completo a Lucía.

Despertó al día siguiente muy temprano pues el timbre de su departamento no dejaba de sonar. Al ver el reloj eran apenas las seis de la mañana. No quería atender pero la voz de su madre que lo llamaba una y otra vez, había interrumpido su sueño.

A:- ¿Qué te trae aquí tan temprano?

R:- Tu teléfono está apagado desde ayer y me dijeron que saliste de la oficina como un loco y no volviste más. Estaba preocupada.

A:- Creíste que me había suicidado?, supongo que mi padre estuvo aliviado.

R:- Qué tonterías dices Alfonso. Tu padre puede ser duro contigo pero jamás estaría aliviado si te pasara algo.

A:- Lo dudo. ¿Qué deseas?

R:- Pedirte que pienses bien las cosas Alfonso. Sé que ahorita estas confundido y estas seguro que amas a esa chica pero en realidad solo estas agotado hijo. ¿Porqué no te vas de viaje? Podrías volver a la isla que tanto te gusta y estar solo ahí unos días y luego regresar a tu trabajo a donde realmente perteneces.

A:- Mamá, por favor basta. Primero, ya  no metas a Lucía en esto. Eso se acabó, tenías razón, sólo le estaba causando daño. Y con respecto al trabajo, ya me encargué de hablar con el equipo y dejé las cosas en orden, ellos se ocuparán del seguimiento de los proyectos. No pienso volver ahí, así que no insistas más. 

R:- Alfonso no se trata solo de irte y nada más, tu no eres un empleado cualquiera de la empresa, eres la próxima cabeza de nuestra familia. Eres el heredero del apellido que dejará tu padre algún día. No puedes irte y desaparecer sin más. ¿Qué diría tu abuelo? ¿ Quieres dejar atrás todo lo que él ha construido?

A:- A mi abuelo no lo metas en esto. Estoy completamente seguro que estaría de acuerdo conmigo y a diferencia de ti, él me apoyaría sin dudar.

R:- No me digas eso Alfonso, lo único que he querido para ustedes es su bienestar. No me juzgues por querer que sean personas dignas de respeto.

A:- No te juzgo. Solo te pido que me hagas un favor por primera vez. Déjame solo. Necesito mi espacio para encontrar que es lo que deseo hacer de ahora en adelante. Pero con ustedes vigilando cada paso que doy es imposible.

R:- Hijo por favor.

A:- Por favor madre, necesito que te vayas.

Regina salió del departamento sin decir una sola palabra más.



El heredero de la familia CasteloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora