Capítulo 12

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La hora de almuerzo se había retrasado pues Alfonso había desayunado demasiado tarde y mientras Ilda preparaba su comida, él esperaba en la sala viendo una película. Cuando estaba casi muriendo de la risa apareció Lucía.

L:-Joven, el almuerzo está listo, dónde desea que los sirva?

Tenía lágrimas en los ojos de tanto reirse.

A:-Aquí está bien, tengo que terminar de ver esta película. jajajaja

L:-Debe estar super divertida porque hasta está llorando de risa.

A:-ja ja ja síii es demasiado graciosa, deberías verla también.

L:-Tal vez lo haga luego.... permiso.

Momentos despúes Lucía volvió con la bandeja de comida y lo dejó solo disfrutando de lo que quedaba de su película. Cuando la película y el almuerzo al fin terminaron subió a su habitación y se quedó plenamente dormido.

Ya era de noche cuando abrió los ojos. Miró su reloj y ya eran pasadas las ocho de la noche. Había dormido casi cinco horas. Como ya se acercaba el invierno anochece mas temprano así que ahora estaba totalmente oscuro si no fuera por la luz de los faroles que adornan los exteriores de la casa no notaría nada.

Mientras se asomaba por la ventana se dio cuenta que Lucía estaba sentada en la orilla de la piscina sumergiendo sus pies en el agua.Y recordó que había quedado con ella para enseñarle a nadar. Aunque él ya había descartado la idea después de escuchar la conversación con su tía nunca le dijo a Lucía que había cambiado de opinión así que rápidamente se puso una capucha y salió de su habitación.

Notó que tenía audífonos puestos y cantaba una canción con mucho entusiasmo que no quiso interrumpirla. Pero una brisa fría los hizo temblar y prefirió acercarse.

A:-¿No deberías estar más abrigada?

Alfonso habló muy cerca a su oreja y ella se volteó sorprendida que cuando quiso levantarse rápidamente su mano resbalo y cayo al agua. De inmediato él se lanzo a la piscina para ayudarla. La tomó de la cintura y la levantó con fuerza mientras ella lo abrazaba y tosía para tratar de recuperar el aliento.

A:-Parece que tendré que estar a tu lado cada vez que te acerques a la piscina.

Ella lo abrazó mas fuerte y él no intentó separarla. Sus corazones latían violentamente y su cuerpo ardía dentro del agua. En ese instante ella relajó un poco sus brazos para poder mirarlo directamente al rostro.

L:-Me asustaste. Pensé que era la única despierta. Ay no, estás todo empapado.

A:-Así parece.

Él la miraba con dulzura. A la luz de la luna en esta noche oscura ella brillaba mas fuerte que cualquier estrella. Se miraron a los ojos y el tiempo parecía desvanecerse, el deseo que tenía por besarla lo inundaba pero las palabras de Ilda lo perseguían. Si intentaba algo inapropiado Lucía saldría de la Isla y no estaba seguro que no la volvería a ver jamás.

L:-Podrías ayudarme a sentarme de nuevo por favor.

Ella lo sacó de sus pensamientos y un sentimiento de culpa lo atrapó. En qué estaba pensando mientras ella confiaba en él. Los dos salieron de la piscina totalmente empapados.

L:-Es mejor que vayas a abrigarte hace demasiado aire.

A:-Si, tu también.

La acompañó hasta la puerta de su habitación donde también descansaba Ilda.

L:-Hasta mañana.

A:-Hasta mañana Lucia, descansa.

Ella entró en su habitación y al cerrar la puerta Alfonso se recostó sobre la pared y tocó sus labios. Estuvo a punto de besarla. Nunca había tenido tantas ganas de besar a una chica como hoy. Subió a su habitación esperando poder dormir lo que quedaba de la noche.

El heredero de la familia CasteloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora