Capítulo 87

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Una vez que terminó la sesión de fotos en la habitación todos salieron por expreso deseo de Alfonso que necesitaba un momento a solas. Al abrir la ventana la brisa marina entró de lleno, a pesar de que el aire acondicionado estaba al tope, él prefería el aire fresco para poder relajarse. Los sonidos del violín y el piano que habían elegido para acompañar la ceremonia también se filtraban por la ventana y estaba seguro que los invitados comenzarían a llegar en cuestión de minutos. No se había sentido nervioso hasta ese momento, el saber que la hora de pararse en el altar estaba cerca lo hacía querer ver a Lucía antes de que todo comenzara, en lo profundo de su corazón aún quería confirmar que ella estaba realmente lista para casarse con él.

Toc Toc

A:- Adelante.

Luciano:- Me escabullí un momento para verte.

Luciano Figueroa entró a la habitación vestido de traje azul claro, llevaba puesto unos lentes de sol y una refrescante limonada en la mano.

A:- ¿Cómo me veo?

Luciano:- Nervioso pero listo.

A:- ¿Se nota?

Luciano:- Claramente. Pero esta bien. Yo casi me desmayo en mi boda.

A:- No te creo.

Luciano:- Es verdad. En ese tiempo no era tan buen bailarín y estaba preocupadisimo por pisar a Nati y arruinarlo todo. No pasó, por supuesto, pero no fue mi mejor baile, lo reconozco. Tu lo harás muy bien así que no te preocupes.

A:- No me preocupa el baile. Eso fluye sin problemas. Pero estoy ansioso por ver a Lucía.

Luciano:- Estamos a veinte minutos de iniciar, no tendrás que esperar mucho pero te recomiendo bajar de una vez, de nada sirve quedarte encerrado aquí solo. Mientras vas saludando a tus invitados tu tensión se desviará por un momento.

A:- Tienes razón. Bien estoy listo.

Luciano:- Antes, si me permites, quiero hablarte.

Luciano se paró frente a él y se sacó los anteojos de sol para verlo mejor, Alfonso llevaba puesto un clásico terno italiano color azul cobalto oscuro, igual que el que llevaba su padre además de un corbatín a juego sobre una camisa blanca de botones escondidos. Sobre la solapa izquierda llevaba un hermoso boutonnière que fue elegido para combinar perfectamente con el ramo que llevaría Lucía. Los gemelos que adornaban sus puños fueron un regalo de sus padres, las iniciales de su apellido enchapadas en platino y oro le daban el toque especial a su traje.

Luciano:- Se lo difícil que ha sido este camino. Te he visto melancólico, triste, molesto, derramando lágrimas y casi sin esperanza de llegar a ella. Hoy te veo feliz, muy nervioso, emocionado y aquellos angustiosos días finalmente se sienten lejanos ahora que el momento que has soñado tanto finalmente ha llegado. Tanto Nati como yo estamos realmente felices Alfonso, por ti, por Lucía y por su futuro. Estoy muy orgulloso de quien eres y no me cabe duda que serás aún mejor. Gracias por permitirme acompañarte en este día tan especial. Te quiero Alfonso.

A:- Gracias Luciano. No habría logrado llegar aquí sin tu ayuda.

Los dos se abrazaron y salieron de la habitación, antes de bajar Alfonso volteo a ver la puerta cerrada que ocultaba el secreto del vestido de su futura esposa. Las ganas de verla lo tentaban a acercarse pero no quería arruinar la sorpresa que Lucía le tenía reservada ya que cada vez que volvía de una prueba se veía increíblemente feliz.

Cuando salía por la puerta principal se encontró con Felipe y Marcos que parecían estar yendo a verlo a su habitación.

F:- El novio ! 

M:-Justo íbamos a verte Al.

Luciano:- Estaba demasiado nervioso allá arriba asi que mejor lo traje.

F:-Buena idea, ven vamos a caminar un rato. 

A:- Los sigo.

Luciano fue a buscar a Natalia mientras los tres amigos iban a caminar para el lugar preferido de Alfonso en la isla. Al llegar al sitio Marco lo empezó  a mirar de pies a cabeza mientras Felipe se cruzaba de brazos como esperando algo. Alfonso estaba confundido.

A:- ¿Qué pasa?

M:- ¿Puedes cruzar los brazos? ¿asi?

Marco le indicó a su amigo como cruzar los brazos como si estuviera abrazando en el aire a alguien.

F:- Se nota a simple vista Marco, perdiste.

A:- Me pueden explicar de ¿qué están hablando?.

F:- Marco estaba seguro que estarías igual de gordo que él en su boda.

M:-No estaba gordo, solo que el traje lo hicieron demasiado ajustado.

F:- Siii claro...

A:- hahahahaha...

Alfonso comenzó a reir sonoramente, todos los nervios, las preocupaciones, los pensamientos intrusivos, todo se había alejado gracias a sus dos mejores amigos. Una conversación que no decía nada en realidad pero que había logrado mucho y así había sido siempre, Felipe y Marco eran como hermanos para él, siempre dispuestos a escucharlo, a acompañarlo, a corregirlo, a reirse con él y también de él en ocasiones. No había un momento en su vida en que ellos no estuvieran y hoy más que nunca se sentía muy agradecido por tenerlos.

M:- Al, estamos felices de verte tan contento, en verdad.

F:- ¿Es el final que esperabas?.

A:- Es el comienzo que añoraba.

F:- Perfecto.

M:- Vamos, ya casi es hora.

Se arreglaron entre ellos los detalles del traje para quedar listos y acompañaron a Alfonso hasta donde se encontraba su madre esperando para llevarlo al altar como era costumbre.



El heredero de la familia CasteloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora