Capítulo 62

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La mañana del domingo comenzó con la insistente llamada de Virginia. Su hermana estaba feliz por él y esperaba que cuando las aguas se calmaran pudieran visitarla en España porque Emilio lo extrañaba demasiado. Sin demora los mensajes de Felipe y Marco aparecían uno a uno en su teléfono insistiendo en que debían reunirse ahora que ya había vuelto.

No había noticias ni de Vicente ni Regina todavía, pero estaba seguro que no tardarían en aparecer. Sin embargo en este momento no se encontraba ansioso ni preocupado. Simplemente estaba listo para hablar con ellos y dejarles en claro quien es Lucía para él y lo feliz que está con ella a su lado.

L:- Supongo que hoy no podremos salir a almorzar.

A:- Creo que no. Será así al menos por unos días. Hasta que se calmen espero.

L:- ¿No tienen nada más que hacer?

A:- Siempre me he preguntado lo mismo.

L:- Por cierto, mi papá quiere conocerte. Carlo está emocionado pero Lorenzo aún está confundido con todo.

A:- Me imagino. Yo también quiero hablar con ellos y pedirles disculpas por todo este ridículo acoso, ¿qué te parece el siguiente sábado?.

L:- Si sería perfecto.

Se quedaron recostados en la cama conversando y cediendo ante el cansancio acumulado volvieron a dormirse hasta que el celular de Alfonso comenzó a sonar sin parar.

A:- ¿Aló?

R:- Podrías haber hablado con nosotros antes de montar tremendo espectáculo Alfonso.

A:- Pensaba ir hoy a verlos. Estás en casa o ¿sigues de viaje?.

R:- Estoy en casa. Ven para el almuerzo y tráela contigo.

Regina colgó el teléfono sin darle la oportunidad de negarse o acceder si quiera. Alfonso despertó a Lucía con un beso en la mejilla y susurró a sus oídos mientras ella volvía a acurrucarse entre sus brazos.

A:- Mi madre nos ha invitado a almorzar en casa hoy.

L:- ¿Invitado?

A:- Nos ha solicitado en su casa, mejor dicho.

L:- ¿Qué debo usar?

A:- Lo que te plazca.

L:- ¿Estás bien?

A:- Siento que debo disculparme de antemano por su comportamiento...

L:- Se perfectamente lo que piensan y como ya te dije, estoy dispuesta a tomar tu mano a donde sea que vayas porque lo único que me importa es lo que sentimos el uno por el otro, no dejaré que lo demás me afecte.

A:- Te amo Lucía.

L:- Te amo.

Alfonso condujo su auto hasta la mansión de su familia con Lucía a su lado. Hacía tanto tiempo que no iba para allá que le pareció más grande que antes aunque el lugar no hubiera cambiado absolutamente en nada. La prensa dejó de seguirlos cuando entraron a la propiedad pues estaba cercada por grandes muros y jardines que los alejaban del mundo y les daban un poco de privacidad.

N:- Bienvenido joven. Sus padres lo esperan en la sala.

A:- Gracias Norma. Te presento a la señorita Lucía Pardo, mi novia.

L:- Un gusto.

N:- Bienvenida señorita.

Lucía miraba maravillada la imponente mansión de la familia Castelo. La primera vez que estuvo ahí fue para la fiesta de Regina y solo pudo apreciar la construcción por fuera pero ahora que podía pasear por el interior estaba aún más sorprendida que antes.  Cuando llegaron a la sala se encontraron con Regina que estaba sentada en uno de los sillones cruzada de brazos mientras Vicente sostenía una revista que leía con el ceño fruncido.

El heredero de la familia CasteloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora