Capítulo 28

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El almuerzo con Virginia y Emilio relajó por un momento la mente de Alfonso. Su sobrino que pronto se convertiría en su ahijado era uno de los mayores regalos que su hermana le había dado. El pequeño lo hacía sonreír, jugar, cantar, correr y olvidar por unas horas cualquier problema que estuviera rondando su mente.

VIR:-Alondra me dijo que van a pasar el fin de semana juntos.

A:-Sí, llegó a la oficina de sorpresa y ya tenía todo preparado.

VIR:-Alfonso tienes que hablar con ella acerca del compromiso.

A:-Si, eso planeo en estos días.

VIR:-¿Estás bien? Desde que llegaste te he notado extraño. Perdido en tus pensamientos.

A:-Todo bien. Es trabajo nada más.

Después de despedirse de Virginia y de Emilio, el chofer de Alondra los recogió para llevarlos directamente al yate que los estaba esperando.

A:-¿Un paseo en yate?

ALO:-Es solo una parte de la sorpresa. Tu sólo acomódate.

Subieron al yate y sin informarle a donde se dirigían el viaje comenzó. Luego de cambiarse de ropa se recostó y cerró los ojos para disfrutar del sonido de las olas y el olor del mar. Era tan relajante que se quedó dormido casi de inmediato. Al abrir los ojos, el yate se encontraba detenido.

ALO:-Hasta que por fin abres los ojos.

A:-Debiste despertarme. ¿Hace cuanto nos detuvimos?

ALO:-Hace una hora.

A:-Enserio?

ALO:-Al parecer si estabas demasiado cansado así que no quise despertarte. Pero ya es hora de bajar. Vamos.

A:-Bajar? A dónde me trajiste Alo...

Han pasado seis años desde que Alfonso visitó la Isla Aurora. Después de aquella vez nunca volvió a ese lugar. Qué nostalgia sentía al pisar el muelle una vez más. Los recuerdos de inmediato lo invadieron y su mente lo llevó a aquellos momentos en donde paseaba por la arena riendo con Lucía.

H:-Señor Castelo. Bienvenido, hace tanto que no lo veíamos por aquí.

A:-Hola Hugo. Que bueno volver a verte.

H:-Señorita Ferreiro bienvenida.

ALO:-Gracias Hugo. Vamos Alfonso hay mucho que ver todavía, el atardecer está precioso ¿verdad?

Había tantos recuerdos en esa isla que Alfonso no quería volver a revivir. Los muebles de su habitación habían sido cambiados, las paredes pintadas de otro color pero los libros se mantenían intactos, algunos los había vuelto a comprar y otros no recordaba que los hubiera tenido. A cada paso que daba dentro de su habitación era inevitable recordarse sonrojado, tímido, triste y también dichoso, seis años han pasado pero todo parece tan palpable todavía.

ALO:-Vamos, hay algo que quiero mostrarte.

Alondra lo tomó de la mano y lo llevó directamente a la piscina.

M:-Oye Al, hasta que hora planeabas dejarnos esperar?

Felipe y Marco estaban sentados jugando ajedrez cerca de la piscina.

A: -¿Y ustedes qué hacen por acá?

M: - Alo nos dijo que viniéramos para acá para recordar viejos tiempos.

F: - No puedo creer que el tipo que venía todos los fines de semana haya dejado pasar seis años para volver , es una locura.

A: - Ustedes me han fastidiado todo el tiempo por no salir a otro lado y ahora me hacen volver aquí.

Alo: - ¿y? ¿Qué te parece esta reunión?

A: - Genial, gracias por la sorpresa.

Alo: - Esta no es la sorpresa en realidad.

A: - ¿Entonces?

F:-Vaya,vaya, al fin apareció el heredero Castelo.

Nadie lo llamaba de esa forma desde hace muchísimo tiempo y de inmediato supo de quién se trataba.

A: -Francisco Alarcón ! ¿Qué haces aquí?

Fr: -Alfonso Castelo que bueno volver a verte!

Alo: -Fracisco es amigo de mi hermano Julian. Hace dos semanas estábamos almorzando juntos cuando salió a colación tu nombre y ahí nos contó que te conocía pero no te había visto hace años así que planeamos esto para reunirlos nuevamente. ¿Qué te parece?

A:- Esta si es una verdadera sorpresa. Desapareciste.

Fr: -Estuve viajando por ahí. Ya te contaré.

Alo: -Ahh y no sabes, Francisco está comprometido.

A: ¿Enserio? Felicidades, quien es la afortunada.

Fr: -El afortunado soy yo. Está en camino para acá para que la conozcas.

M: -Francisco dice que sabe hacer unas parrillas espectaculares, mejores que las de Felipe.

A: - ¿Enserio? Tendría que probar para poder decidir.

F: -¿ Qué pasa Castelo?, tienes que decir que las mías son mejores...

Fr: -En realidad es mi novia la que me ayuda a hacerla así que es ella la que debería competir jajaja. Hablando de ella, ya está aquí, voy a traerla.

Mientras Francisco iba a recibir a su novia, Alfonso se sirvió un trago y se sentó al lado de Felipe para ayudarlo a ganarle a Marcos en el juego de ajedrez que estaba casi por terminar.

M: -Ni con ayuda vas a ganarme.

F: -Te he dejado fácil el primer juego para que ganes confianza y después sabes que te destruiré.

M: - ¿Cuándo ha pasado eso? Alfonso siempre tiene que ayudarte para que me pongas en aprietos si no perderías de inmediato.

Alo: -Si quieres yo te ayudo Marco.

M:- Nooo Alo, yo solito puedo...

F: - Ayúdale Alo, dos contra dos...

M: -Noooo

Mientras Marcos le quitaba las fichas a Alondra, Felipe planeaba su siguiente movimiento con la asesoría de Alfonso que estaba seriamente metido en el juego, Francisco y su novia se acercaban a la piscina.

Fr: -Ven Alfonso para presentarte a mi novia.

Cuando Alfonso volteó se llevó la verdadera sorpresa que jamás pudiera haber imaginado. Tomada del brazo de su amigo Francisco Alarcón estaba Lucía Pardo. En ese momento la copa que sostenía su mano se deslizó para caer estrepitosamente cerca de sus pies y el tiempo pareció detenerse.

El heredero de la familia CasteloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora