El heredero de la familia Castelo

Capítulo 50

Lucía...

Después de la discusión que presenció en la oficina de Alfonso, Lucía temía que las amenazas de Vicente se hicieran realidad. Sin embargo, a pesar de que el proyecto del centro clínico se canceló casi de inmediato el estudio recibió la propuesta millonaria de Natalia Figueroa para la creación de un ambicioso Hotel. Sabía que Alfonso había cumplido su palabra de no dejarlos en la calle y debió haberlos recomendado a la esposa de Luciano con quienes, era bien sabido, tiene una estrecha relación. 

Desde aquel día, había intentado no pensar en Alfonso Castelo sin embargo lo que presenció la dejó pensando acerca de la vida que había llevado siendo presionado sin piedad por su familia y esa podría ser la razón más grande para querer pasar días completamente solo en una Isla. Sus planes para casarse con Francisco seguían en pie y todo parecía estar perfecto. Su fiesta de compromiso era en una semana y el matrimonio en solo dos meses. Después se irían a vivir a Francia, en la casa que le había heredado su abuelo, Lucía había aceptado su propuesta y estaba dispuesta a viajar una vez que culminara su trabajo a lo que Francisco estaba totalmente de acuerdo.

L:- Hola? Papá? Ya llegué.

Lucía había vuelto a casa de su padre para recoger varias cosas de su habitación que todavía no había mudado a su departamento.

C:- Hola Lu. 

L:- Carlo, Dónde está papá?

C:- Con Lorenzo, en el taller. Ya sabes como es. 

Con el asesoramiento de Francisco, el taller de su padre había crecido. Ahora estaba mejor implementado y Lorenzo tenía un ayudante que hacía la carga de trabajo más ligera. Si bien Raul ya no trabajaba activamente en el negocio se encargaba de la parte administrativa y siempre estaba atento supervisando cada detalle.

L:- Le dije que venía hoy, pensé que me esperaría aquí. Bueno, iré a mi habitación a empezar con la mudanza. Creo que Francisco viene más tarde para cenar.

C:- Genial. Oie Lu. 

L:- Si?

C:- Aún te siguen los periodistas?

L:- Creo que ya se cansaron de molestar. No les des importancia.

C:- Era divertido. Oie y tu crees que en algún momento nos puedas presentar a Alfonso Castelo?. Es como una estrella de cine. Hablan de él en todos lados.

L:- No lo creo Carlo. 

El acoso de la prensa había disminuido con el pasar de los días. Aún así todavía algunos reporteros no se daban por vencido y siempre trataban de hablar con ella o algún miembro de su familia. Francisco tampoco lo había pasado nada bien estas semanas porque no solo era la pobre víctima engañada por la novia si no era blanco de constantes comparaciones con Alfonso. Aunque decía estar acostumbrado al persistente escrutinio mediático ella estaba segura que se sentía muy incómodo por las afirmaciones tan groseras de algunos medios. Su padre también había sido acosado por periodistas y desde el primer momento decidió pasar varios días encerrado en casa, ahora que finalmente habían desistido pasaba el tiempo supervisando las actividades en el taller.

La habitación de Lucía estaba intacta. Se había mudado hace un año pero debido a varios proyectos de trabajo no tuvo tiempo de desocupar por completo ese lugar. Como estaba a puertas de casarse y mudarse a otro país se sentía melancólica por separarse completamente de su familia así que había dilatado demasiado tiempo la mudanza.

Mientras estaba buscando cajas en el almacén oyó que sonaba el timbre de la puerta.

F:-Hola preciosa.

L: -Hola. llegaste temprano.

F: -Moría por ver a mi linda novia.

L:-Que dulce eres. Que bueno que viniste con ropa ligera porque hay muchas cosas que mover de aquí.

Francisco llegó para ayudarla con la tarea. Aún no estaban seguros de donde deberían llevar todas las cosas de Lucía, pues dentro de unos pocos meses empezarían a vivir juntos. Aún no decidían si debían mudarse al departamento que ocupa Francisco o alquilar uno nuevo más amplio para los dos hasta que estén listos para viajar.

F:-No puedo creer que hayas salido de aquí hace un año y todavía no hayas sacado nada.

L:-Estuve demasiado ocupada pero creo que no debo alargar mas esto porque si no se quedara asi para siempre.

F:-hahaha si también lo creo, bien empecemos. A mi criterio?

L:-Las fotos me las llevo todas sobre todo las están en la cajita sobre mi escritorio, los libros solo los que están en la primera fila y después a tu criterio.

F:-Perfecto, sera sencillo.

L:-Voy a bajar por mas cajas y vuelvo.

Lucía bajó nuevamente en busca de más cajas para la mudanza mientras Francisco ponía un poco de música y comenzaba a guardar las fotos que tenía puestas alrededor de su habitación y en una cajita que estaba sobre su escritorio. Al abrirla encontró distintas fotografías, muchas de ellas de su mamá. En cada una la familia se veía muy feliz y estaba seguro que Lucía las revisaba constantemente porque había varias con los bordes desgastados por el constante toque de las manos. Acomodó la pequeña cajita con delicadeza y comenzó a revisar los libros que estaban sobre el estante cerca de su cama. 

Historias de fantasía. Historias románticas. Un libro de francés que él le había regalado y entre otros cuantos encontró un cuaderno que se veía dañado. Debía ser muy importante para conservarlo todavía. Al abrirlo se dio con la sorpresa que no era suyo, movió la almohada mientras se sentaba en la cama para revisarlo y notó que había un papel debajo de ella. En realidad, era una fotografía.

L:-Vaya veo que avanzaste demasiado no moviste ni una sola cosa.

Lucía volvió a la habitación trayendo tres cajas más y quedó sorprendida al verlo sentado en silencio en su cama. Francisco se puso de pie y apagó la música.

F:-Lucía necesitamos hablar un momento.

L:-Sí claro. ¿Qué pasa? ¿ está todo bien?

F:-¿Porqué tienes una foto de Alfonso Castelo debajo de tu almohada?

Lucía se paralizó. No recordaba donde la había dejado y jamás pensó en que Francisco podría encontrarla.

L:-ahh...

F:-Este cuaderno estaba en la primera fila, como esta todo dañado pensé que te habías confundido y lo iba a tirar. Pero al abrirlo y leerlo me di con la sorpresa de que no es tuyo.

L:-Francisco...

F: -No quiero saltar conclusiones Lucía. Pero por favor, ¿puedes explicármelo?