Capítulo 42

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Al sentir el apretón en el hombro automáticamente se dio la vuelta de una forma un poco tosca pues él creía que Mariano Alarcón quería seguir importunándolo y no estaba dispuesto a soportarlo ni un segundo más. Sin embargo se dio con la sorpresa de que no se trataba de él.

Lf:- Hey, ¿que pasó? Parece que quisieras atacarme de pronto.

A:- Luciano ! Qué sorpresa ! ¿Qué haces aquí?

Lf:- Qué grosero, es obvio que fui invitado. 

A:- hahaha por supuesto. Hola Natalia, qué gusto verte. 

N :- Alfonso. Jamás deja de sorprenderme lo guapo que te pones cada día.

A:- hahaha gracias. Tu estás hermosa como siempre.

N:- No necesitas mentir querido. Con esta panza y estos pies parezco un elefante a punto de parir. 

Lf:- Eres una bella y maravillosa elefanta.

N:- No trates de alagarme que no te creo una palabra mi amor.

Era realmente un alivio que Luciano estuviera en la fiesta, aunque sabia que Natalia estaba a punto de dar a luz y seguramente no se sentía nada bien para estar ahí al igual que su hermana Virginia, estaba feliz de tenerlos cerca para atravesar la tediosa tarea. Mientras los acompañaba a sus respectivos lugares , posaron para algunas fotografías y cuando se reía a carcajadas de una de las bromas de Luciano vio llegar a Francisco Alarcón de la mano de una hermosa mujer. 

Lucía llevaba un vestido de un intenso color verde esmeralda que combinaba perfectamente con sus ojos. Un ceñido vestido de brazos descubiertos que dibujaba un pequeño escote en la espalda y una abertura discreta dejaba ver ligeramente su pierna derecha. Alfonso estaba boquiabierto, no la había visto tan hermosa desde ese vestido azul que eligió para ella durante el compromiso de Felipe hace años atrás, en ese entonces aún parecía una adolescente a punto de convertirse en adulta pero hoy desbordaba la seguridad y confianza de una fantástica mujer.

No sabía que su padre los había invitado y menos que fueran a asistir, pues durante la última conversación que tuvo con Francisco, él le dejo muy claro que no lo quería ver cerca de ella. A pesar de sus advertencias, Alfonso no podía apartar la mirada, lo que llamó la atención de Luciano y Natalia que inmediatamente dedujeron que ella era la chica de la que les había hablado.

Lf:- Cierra la boca o entrarán las moscas Alfonso.

N:- Es una hermosa mujer.

A:- Si, lo es.

Lf:- Hoy podría ser una oportunidad para acercarte.

A:- Hoy? Ni hablar, hay demasiada gente y no quiero problemas.

Lf:- ¿Hablas por ella o por ti mismo?

A:- Obviamente por ella, la pondría en una terrible posición y no creo que eso me ayude para nada.

N:- Luciano, se que quieres ayudar a Alfonso, pero él tiene que aprender solo a luchar sus batallas.

A:- Gracias por apoyarme Natalia.

Lf:-Está bien, yo me callo.

N:-Oh... pero justo están conversando con Milagros Granda, hace tiempo que no la veo, debemos ir a saludar. Acompáñenme queridos..

A:- ¿Qué?

Lf:- Te dije que ella era de armas tomar...

Natalia lo sostuvo del brazo y lo guió hasta donde se encontraban Francisco, Lucía, Milagros y su esposo Diego Terrones. 

N:- Milagros, Diego, hace mucho que no sé de ustedes! 

M:- Oh Dios mio Natalia, que hermosa, pero mujer estas a punto de dar a luz.

N:- Eso pienso desde hace un mes querida pero hasta ahora nada.

D:- Siempre tan bromista! Luciano felicidades por las nuevas adquisiciones de tu compañía por cierto. Tu padre estaría orgulloso de ti.

Lf:- Gracias, me alaga viniendo de usted.

Alfonso no quería hacer contacto visual pero sabía que no saludar sería demasiado grosero. 

A:- Buenas noches y bienvenidos. 

M:-Alfonso Castelo que grande estás. ¿Dónde esta Alondra que no la veo?.

D:- Querida su compromiso terminó. Lo siento Alfonso, Milagros no está muy atenta a las noticias.

A:- No se preocupen.

N:- No nos presentas Milagros?

M:- Por Dios, qué grosera. Francisco Alarcón y su prometida, la señorita Lucia Pardo.

F:- He escuchado mucho de ti Luciano, es un placer conocerte en persona.

Lf: Lo dices como si fuera una especie de leyenda. No creas todo lo que dicen por favor.

A:- Francisco. Lucía. Qué gusto que pudieran venir.

F:- Gracias Alfonso. No podíamos negarnos ya que tu madre expresamente fue la que insistió en que estuviéramos presentes y la verdad mi padre estaba más entusiasmado que nosotros.

N:- Me encanta tu vestido Lucia, puedo llamarte así ¿verdad?

L:- Por supuesto, y gracias por el cumplido, usted se ve hermosa.

N:- Ay querida, no es tan lindo como se ve, créeme.

Alfonso estaba muy incómodo. No sabía cómo salir de esta situación. Francisco lo miraba con cara de pocos amigos y sabía que Natalia tramaba algo. 


El heredero de la familia CasteloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora