Un poco de ella

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—¿Qué significa todo esto? —dije acercándome, había nombres en las maletas, y se repartía con los nombres de todos los que estábamos en la casa, podía leer el nombre de todos mis hermanos, el de Nills, y de Andrea. 

—¿A que te refieres? 

—¿Acaso no obvio William?

Puse ambas manos en mi cintura y me quede de pie al lado de mi maleta.

—Fácil, nos vamos.

—Sí, eso no me dice mucho.

—Qué extraño, pensé que eso te aclaraba todas las dudas. —dijo y se encogió de hombro.

—Yo te lo explico querida hermana. Nos iremos todos de aquí, por las razones obvias: Patrick. —aclaro Peter.

—Pero, ¿hacia dónde?

—Es una mansión que tengo en las afueras de aquí, esta deshabitada desde hace mucho, no vamos desde que se fueron. 

Escuché la voz de Nills explicar desde un punto, mientras hablaba se acercó hasta quedar detrás del asiento de mis hermanos. 

—Sigo sin entender por qué contigo. 

—Bueno, en vista que no quieres entender nada, te lo diré de esta forma hermana, Patrick es un maldito desquiciado qué te buscará para matarte, espero Román se encuentre bien, le dejamos una nota donde pintamos qué te ibas, espero no te busque, entonces, Nills, escucho sobre el tema, le dijo Francisco. —mire a Francisco de mala manera, este solo miraba a Peter con la expresión en su rostro de "Ey, en serio". —entonces, nos encargamos de ir por ti y hacer de héroes, así que no digas una mierda y simple agradece y ya. —termino de explicar Peter y asentí. 

—Sí, no, me iré a un lugar yo sola donde pueda quitarlos de peligro. 

—No has dicho que quieres a tus hermanos para la qué sea, ahora nos tienes y te iras con nosotros, y no importa si tenemos que usar la fuerza, te iras. 

—No me iré. 

—No seas cabezota, la pasaremos bien, ¿y dime prefieres estar en el loquero? —dijo Jason y lo mire con mis ojos entrecerrados. 

—No me importa.

—Si qué lo hace, más si Nills estará ahí y fornicaria con su nueva novia todos los días, es una advertencia, si tu vas no lo harán. —Aclaró Peter pasando por mi lado, lo miré con la boca abierta.

—Pero, ¿qué te pasa?

—Dije la verdad o ¿que no?, no puedes objetar.

—Eres un idiota. 

—Al fin, por dios, creo que contaré la veces que hablas y no te equivocas. Oye dime, ¿en tu mente también te equivocas? —fisgoneó Francisc.

 Lo mire con cara que quería matarlo y me acerqué, él comenzó a correr. 

—Vas a recibir tu merecido y eso no lo voy a dejar pasar. 

—Estás en problemas Fran. —dijo William y me senté a su lado. 

—Bien, ¿a que horas se largan?

—Solo esperábamos por que levantaras el culo de la cama. Vamos.



Cuidado con Cambas. +21©️ ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora