Capitulo 24

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—Yo sé que es tu casa idiota, lo que pasa es, ¿qué haces aquí?, en el baño principal, no de las habitaciones.

—Oh eso, sí, yo...

Me miró luego de un momento y cerró la cortina y se siguió duchando, me senté en el inodoro cerrando la tapa.

—Es una historia de lo más incomoda para ti, ¿igual quieres escucharla? —dijo luego de un rato que caía el agua.

—Estoy aquí contigo en el baño, no se que sería más incómodo.

—Bueno, hay te va, yo..., no se si tus hermanos te dijeron que tuvimos que venir más temprano por qué mi madre nos necesitaba, asumiré qué lo sabes, entonces, llegamos aquí temprano en la mañana, y cuando entramos tres personas más parecidas a mi y una en versión mujer, y nos pusieron entre medio de ellos para una platica de lo más desagradable, sobre el sexo, sobre si pensábamos en un futuro y mierdas así, contigo eso no fue problemas ya qué tus hijos son seguros en un futuro qué cumplas veinticinco años. La cuestión esta mi querida Cosmo, qué cuando terminamos la conversión. Ella estaba muy colorada de la pena, y yo tenia vergüenza por igual, llegamos a la habitación le dije que no le pusiera importancia ya qué mis hermanos dijeron cosas ofensivas y la compararon contigo sin ningún descaro, para no hacer más largo el cuento, terminamos en la habitación, la estaba consolando cuando de un momento a otro, la tenía comiéndome la boca, estuvo así hasta que terminamos ya sabes y cuando me dijo; "me iré a duchar", era una de las más grandes invitaciones, pero me negué, y le dije que me ducharía en otra ducha, y aquí estoy.

—¿Eso fue hace mucho?

—No, fue hace unos veinte minutos tal vez. La reunión fue larga. Pobre chica.

—Si ella está preparada, pensé que estarías abajo.

—No, bueno no lo estoy, me estoy duchando por que hacía cosas qué la naturaleza me pedía a gritos desarme de ella.

—Eso es asqueroso.

—Lo sería, si solo fuera mi persona que lo hace, pero no, somos billones de personas en el mundo que lo hacen, no es nada, así que mi querida, saldré ahora. —dijo y no me dio tiempo de darle una respuesta, simplemente salió, así como Dios lo trajo al mundo y cuando llego enfrente de mi puso ambas manos en su cintura, y se miro en el espejo, se sacudió y me mojo.

—Idiota, tengo maquillaje por obligación, harás qué se arruine.

—No podría hacer qué se arruine, jamás, de hecho ¿mi madre te dijo que saldríamos? —se arrodilló entre medio de mis piernas aun desnudo, pero era lo de menos, y claro que si es algo me percate desde el momento que puso un pie fuera de la ducha, lo he visto durante muchos años, aunque así debo admitir que son las misma ganas qué le tengo, incluso más fuertes, aun me gusta, me encanta pero, eso solo seria una destrucción para ambos.

Cuidado con Cambas. +21©️ ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora