Capitulo 29

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Las chicas vinieron hacia el mostrador y una sonrisa se puso en sus labios, negué, aquí venia

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Las chicas vinieron hacia el mostrador y una sonrisa se puso en sus labios, negué, aquí venia.

—Zorrita cobrame.—dijo y pase hacia la caja, ella tenia mucho alcohol, y muchas golosinas, no soy quién para juzgar, ahora me va mal por eso.

—Sin identificación no puedo hacerlo, no sin son menores de edad.

—Zorrita, acabas de arruinar la noche, sabes, no me sorprende.

—El cartel de no debidas a menores de dieciocho sigue allí, no puedo...

—Yo lo hago.—escuché la vos de Nills acercarse, me dio su identificación y saque el ticket a nombre de él, pase todo por la maquina y les cobre.

—¿Pagarán con efectivo o tarjeta?

—Nills cariño, debes pagarle a la zorrita con tarjeta, que vea lo que su Mami le quito por ser una cualquiera.—dijo y el rostro de Nills cambio rápido, miro a la chica y esta lo miro extrañado. —¿Que no sabes de ella?—dijo señalándome. —bueno, yo te digo, ella es la zorra del pueblo, es lo que dijo Fox. —odiaba su apellido. —y luego se metió con cualquiera que tuviera polla, solo imagina eso, una gran zorra, y de paso iba a la iglesia, eso es un enorme insulto hacia dios, tu mejor que nadie debería saberlo.

—Me inquieta que llamen por nombre ofensivo a los demás.

—Amor, eres un pan de dios, pero no tienes que defenderla, se que tal vez te complació y toda la cosa, pero fue en el pasado, ahora mira donde estás tú, y donde está ella, mira nada mas donde trabaja, eres su dueño, aunque eso debería ponerte, ¡no es así? —dijo la chica mientras una sonrisa salio de sus labios, luego de verla solo mire la maquina. Pase la tarjeta Nills cuando me la dio sentí un suave apretón de sus dedos, indicaba que lo viera, pero no lo haré, con la mejor sonrisa metí todo en bolsa y le di la tarjeta de regreso y el ticket, luego salieron gritando cosas sobre mi, él salio de ultimo mirándome.

—Esta vez si se pasaron.

—No interesa.

—Pero, estás de suerte, puede que él te ayude a solucionar estos problemas, ¿viste como te miro?, dios.

—No importa.

—¿Cómo podría no hacerlo dios?—solo suspire, ella salio dándome un abrazo y diciendo que me cuide, Esmeralda tiene auto, se ha ofrecido a llevarme muchas veces, pero, sabría donde vivo, notaria que le miento, y es mi única amiga hasta ahora, tome mi mochila y cerré con llave, mire hacia dentro y por el reflejo note una sombra, me gire y allí estaba él, Nills, suspire con cansancio y camine por su lado.

—¿Qué paso solo hace unos minutos atrás?, que clase de trato dejas que te den.

Dijo molesto.

—Gritarle al cliente este prohibido. Así que opto por el silencio, es mejor, nadie sale herido.

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