Capítulo 8: ¿En qué estaba pensando?

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¿En qué narices estoy pensando? ¿En besar a Jon? ¿En serio?

Me alejo rápidamente de su toque mientras frunzo el ceño. Aquello parece causarle gracia.

-Si estoy aquí es porque el director me ha dicho que te ayudara. ¿Estabas tan aturdida pensando en mí que no lo habías escuchado?- Pregunta con una sonrisa burlona.

¿Sería mejor si le pegara un puñetazo?

Nah, creo que seguiría siendo igual de tonto.

-Sí lo he oído, pero este es el baño de chicas.- Respondo limpiando algo de mi ropa.

¡Ugh! ¡Acabo de extenderlo más!

-Tranquila, suelo venir aquí muy a menudo.- Dice el idiota agarrando papel del dispensador y limpiando mi cara con fuerza.

-¡Au! ¡Me haces daño!- Grito apartando mi cara un poco. Jon pone los ojos en blanco y me sujeta de la barbilla para que no me mueva. ¡Mierda! Tengo que dejar de pensar que esto es malditamente dulce. Más dulce que los pastelitos de los que estoy cubierta.- Y, para tu información, eso es asqueroso. ¿Para eso me dejaste sola esta mañana?

-¿Celosa? Nena, te dije que no estás a mi altura.- Dice negando con la cabeza limpiando mi barbilla.

-¿Desde cuándo hemos pasado de niña a nena, idiota?- Le pregunto cuando me doy cuenta de ello.

Suelta una pequeña risa y alza mi barbilla hasta que nuestros rostros quedan a milímetros.

Por favor, Mac, no tiembles.

-Desde que me he dado cuenta de que podrías estar a mi altura. Si lo logras.- Susurra acercando sus labios a los míos.

¿¡Qué!? ¿¡Qué mierda está pasando entre nosotros!?

Su nariz se roza con la mía y me siento a punto de empezar a temblar.

¿Primero me odia y después trata de besarme?

Necesito que se aclare.

-Fuera.- Digo firmemente empujándole lejos de mi espacio.

Casi no podía respirar, mamma mia.

Se aparta sonriente.

-Te propongo algo. Tú caes por mí y no te trataré mal.- Dice con su pose de creído.

Pero...

-¿Qué? No te entiendo.- Digo de verdad. Es malo sentirme tonta en ocasiones. Me baja la autoestima.

-Eso significa que vas a caer. Que estarás por mí y los dos pasaremos un buen tiempo hasta que te marches. Gracias a eso, ni siquiera te molestaré. Eso sí, primero deberías dejar de ser inocente para mí.- Dice caminando hacia la puerta marcha atrás.

Ugh... Este se va a enterar. Ni siquiera me voy a molestar en suavizar la reacción de mi padre cuando el director le cuente lo que ha pasado en el comedor.

-¡Que te den bien duro!- Le grito cuando se cierra la puerta.

-¡Eso te lo haré yo a ti!- Escucho su sonido amortiguado a través de la madera.

En serio, ojalá pudiera ser yo esta vez la que le tirase pasteles.

Después de limpiarme todo lo posible (que es muy poco ya que la mayoría se extiende), camino hacia el despacho del director.

Y os preguntaréis: ¿por qué no me pierdo?

Respuesta sencilla: esa sala está en el mismo pasillo que el baño, todo recto.

¡My English Best Friend Es Hipster!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora