Capítulo 30: ¡Zombies! ¿¡Qué es lo que sucede!?

33 4 0
                                    

  -¡Jon! ¡Tengo que hablar seriamente contigo!- Grito dejando mi ropa nueva sobre mi cama antes de girarme para ir a su cuarto.

Él abre la puerta antes de que yo llegue.

  -¿Qué pasa?- Responde antes de volver a sentarse en la cama y retomar el videojuego en el que estaba jugando.

Me siento a su lado mientras después de haber cerrado la puerta y veo cómo mata zombies. ¡Guay!

  -Bueno, pues venía a decirte que... ¡Cuidado!- Exclamo apuntando al lado izquierdo de la pantalla. Jon se carga al zombie con una bala en la cabeza.- En fin, quería decirte algo muy importante que tiene que ver con Victoria.

  -Ah, sí.- Dice mordiéndose el labio para concentrarse un segundo en matar un grupo de malvados.- Al final no acabamos aclarando lo que sucedió aquel día y de lo que hablamos ella y yo.

  -Ya, pero no es eso. Eso ya no... ¡Importa!- Exclamo otra vez diciéndole que dispare al zombie del tejado. Mierda, le han dado.- No tiene nada que ver con eso.

  -Da igual, pero quiero explicártelo.- Pausa el juego un segundo y me siento algo deprimida. Era divertido. Aunque ahora puede verme a los ojos.- Victoria y yo nunca vamos a volver y no sólo por lo que... ya sabes, sino porque me he dado cuenta de la horrible persona que es. Le dejé bien claro eso.

Ahora es el momento de resolver mis dudas.

  -¿Y por qué te tocaba el pelo como si fuera lo mejor del mundo y tú te reíste?- Pregunto.

Él me mira algo divertido.

  -¿Estás celosa?- Niego con la cabeza y mi hermanastro suspira.- Es igual. Tocó mi pelo porque estaba intentando coquetear y si me reí fue falsamente mientras le decía que me dejara en paz.

Frunzo el ceño.

  -Es verdad. Estabas de espaldas a mí y no pude ver en tus ojos si era verdad o no.- Murmuro en voz baja.

  -¿Qué?- Pregunta riendo.- ¿Es que ahora eres vidente?

Yo no me río. Le miro fijamente hasta que él hace lo mismo conmigo.

  -No. Pero tus ojos son lo que reflejan tus verdaderos sentimientos. Puedo decir que estás mintiendo o no porque lo veo en tus ojos, puedo saber si estás contento o triste sólo con mirarlos. No me basta nada más.

Mis palabras hacen que él respire entrecortadamente y, entonces, noto la cercanía que tenemos.

Lo único que repito en mi cabeza para no caer en un lugar aún más doloroso es: «vas a romperle el corazón, vas a romperle el corazón, vas a romperle el corazón, vas a...». Y cuando noto sus labios sobre los míos moviéndose tan delicadamente, una frase aparece en mi mente:

«Vas a romperte el corazón»

Pero, ¿sabes qué? Ya me da igual.

Le devuelvo el beso con más intensidad mientras sujeto su rostro con mis manos. Al notar el cambio de ambiente del beso, Jon me sujeta de las caderas acercándome más a él. Sonrío sin poder evitarlo y él parece hacer lo mismo.

Esto es lo que me hace feliz: estar a su lado.

Casi sin darme cuenta, me dejo caer hacia atrás en la cama y él cae conmigo. Mis manos se enredan en su pelo y me pierdo en las sensaciones que me produce besarle. Y es que es verdad: le quiero más de lo que he querido a nadie.

Su lengua toca mi labio inferior como si me pidiera permiso para entrar y yo, totalmente complacida, abro levemente la boca mientras nuestras lenguas se acarician y un escalofrío me recorre. Sus manos levantan un poco mi camiseta y las apoya suavemente sobre mi estómago haciendo círculos en mi piel.

¡My English Best Friend Es Hipster!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora