¡My English Best Friend Es Hipster!

Capítulo 44: Confeti en los ojos

Un día para irme. Mañana diré: ¡chao, chao!

Hoy es mi último día.

En el insti, Carla y Pedro se despiden de mí y les prometo que el curso que viene me encantaría verlos mucho más con nosotros. Ellos asienten con la cabeza y me abrazan.

Estoy a punto de despedirme con lágrimas en los ojos de Lucas y Anne, pero ellos me detienen con una mano seriamente. Les observo con mis brazos abiertos esperando.

  —No queremos despedirnos de ti, Mac— dice Anne—. Ya... nos veremos.

  —Sí. Adiós— dice Lucas antes de que los dos se alejen.

Pero... ¿¡Qué narices acaba de pasar!?

Me giro hacia Jon con un puchero en mis labios y lágrimas cubriendo mis ojos.

  —¡Ellos no me quieren! ¡Por eso se han ido sin darme un abrazo!— exclamo abrazándole a él en su lugar y llorando sobre su camiseta.

Mi novio me abraza y acaricia mi pelo como aquel día en la playa. Después, besa la cima de mi cabeza.

  —Tranquila, Mac. Ellos sí te quieren. Ahora vamos a casa. Tienes que terminar de guardar tus cosas— dice separándome de él.

Asiento con la cabeza y juntos, caminamos a la parada del auto bus para volver a casa.

* * *

Cuando llegamos a casa, Julia me da un abrazo y me pregunta si he llorado. Yo le digo que sí y mi padre pregunta por qué.

  —Mis amigos no me...

  —Es una tontería, no os preocupéis— me interrumpe Jon empujándome hacia las escaleras—. Ahora, ¡vamos a hacer tu maleta! ¡Sí! ¡Bien!

En otro momento me habría sentido confundida y sospecharía algo por su falsa ilusión sobre terminar de guardar mis cosas, pero estoy demasiado deprimida y enfadada con Lucas y Anne por lo que han hecho.

Al llegar a mi cuarto, golpeo la almohada de la cama con un puño y me giro hacia Jon. Este me observa con los ojos como platos sorprendido por mi reacción.

  —¡No me puedo creer que hayan pasado de mí! ¡Incluso planeé una venganza para ellos! ¡Ayudé a que Lucas encontrara el amor! ¡Y conseguí sacar a Anne de la marginadazone!— grito volviendo a pegar la almohada—. ¡No lo entiendo!

Jon corre en mi dirección y me aparta de la pobre almohada.

  —Te he dicho que te tranquilices, ¿y sabes cómo?— pregunta animadamente. Niego con la cabeza lentamente—. Haciendo la maleta y no saliendo de aquí. ¡Vamos! Si quieres te ayudo un rato y luego podrías tomar una ducha. Supongo que querrás sentirte limpia en el avión.

Asiento con la cabeza sacando la maleta de debajo de mi cama.

  —¿Y piensas ayudarme también a ducharme o qué?— pregunto abriendo el armario.

Jon se encoje de hombros y sonríe de una manera que cautivaría a cualquiera.

  —Me encantaría, pero tengo cosas que hacer.—Me guiña un ojo.— Ya sabes, no todos nos libramos de los deberes como tú.

Comenzamos a guardar algunas prendas de ropa pero dejo un conjunto a parte para ponerme mañana.

  —Jon, me siento como si tú también quisieras librarte de mí— murmuro guardando una chaqueta. La que él me regaló me la pondré mañana. Será como sentirme junto a él todo el tiempo.