Ya decía yo que todo era demasiado bonito. O eso era lo que mis padres fingían. Yo sabía que había problemas entre ellos aunque los negaran: las discusiones por parte de los dos, mi padre apenas estando en casa y llegando tarde, mi madre con ojeras bajo sus ojos...
Fingían ser felices sólo para protegerme, pero algo ha hecho que se jodiera del todo...
* * *
-¡Mackenzie! ¡Ven aquí ahora mismo y agarra al menos una bolsa de la compra!- grita mi madre desde la caja del supermercado.
Pongo los ojos en blanco. Mi adorada madre... ¿Qué haría yo sin ella... y sin su comida?
Me doy la vuelta en la puerta de la tienda y camino hasta ella. Agarro una de las bolsas que sostiene hacia mí con aire prepotente en sus manos y sonrío.
-¿Mejor?
Mi madre asiente.
-Sí. No sabes lo que pesan estos grandes huevos- dice levantando una bolsa del suelo.
Es normal que me ría por su frase. Eso suena muy mal. Cuando ella se da cuenta, rompe en risas conmigo.
Adoro a mi mamá. Haría cualquier cosa por ella, por verla sonreír. Decir que la quiero... se queda corto. Ella es lo mejor de mi familia.
Mi padre, sin embargo... es un caso diferente. Creo que empecé a odiarle por discutir con mi madre y a veces le contesto de malas maneras condenándome a mí misma a grandes castigos. En resumen, podría decirse que no me llevo muy bien con él.
-Mamá, hoy voy a cenar con Alex- le digo cuando estamos a punto de entrar en casa.
Mi mejor amigo, Alex, es uno de los mejores chicos que conozco. Nunca se mete en problemas, tiene un curioso sentido del humor que me gusta y adoro meterme con él ya que no recibe ninguna atención por parte de las chicas. Es una especie de empollón sin gafas. Nos conocimos en una clase de inglés en la que las primeras palabras que me dijo fueron: «¿Puedo sentarme aquí, señorita?». Al principio me reí un poco ya que utilizó un fuerte acento inglés, algo que yo no tengo porque soy medio española, pero le contesté con la misma gracia diciendo: «Por supuesto». Fingí el acento, me salió mal, nos reímos y acabamos llevándonos bien.
Me ha invitado a ir a cenar una pizza a su casa esta noche y no podía decir a eso que no. Amo la pizza, no tendré que pagar y, sobretodo, escaparía de estar cerca de mis padres. Me agobian demasiado y al final de las cenas suelo ir a mi habitación, poner la música lo más alto posible con mis cascos e ignorarlos todo lo posible.
Yo odio las peleas y las discusiones fuertes creadas por cualquier parte de persona o ser vivo del mundo.
-Vale, Mackenzie- Agh. Mi madre adora llamarme por mi nombre completo cuando yo le digo que sólo me diga "Mac"-. Pero primero ayúdame a colocar la compra.
En el momento en el que dejamos las bolsas en el suelo, escuchamos un ruido.
Un gemido.
Miro a mi madre sorprendida mientras que ella... está con una expresión de horror en su rostro. ¿¡Qué narices está pasando!?
Abro la boca para hablar, pero mi madre me interrumpe.
-Quédate aquí, Mackenzie- dice duramente. Nunca la he visto tan seria excepto cuando se enfada conmigo, pero también parece rota por dentro.
Asiento con la cabeza aunque ella no pueda verme ya que camina hacia las habitaciones.
Miro a mi alrededor buscando mis cascos y me insulto a mí misma por no tenerlos a mano. Me gustaría tener música para no escuchar nada de lo que pasará a continuación.
Decido distraerme colocando la comida en la nevera y en la despensa hasta que unos fuertes gritos por parte de mi madre hacen que me sobresalte. Probablemente, debería irme, pero no lo hago; sé que mi madre necesitará a alguien a su lado después de esto.
Suspiro temblorosamente y trato, en vano, tapar mis oídos con mis manos, pero es imposible.
De repente, caminando por el pasillo, aparece una mujer rubia que sujeta la mano de mi padre. Mi madre les grita a los dos echándoles de casa. Y ahora comprendo lo que sucede perfectamente.
-¡Ni siquiera has pensado en tu hija! ¡Mírala! ¿¡Crees normal que una niña de diecisiete años tenga que ver esto!?- grita mi madre señalándome. Si fuera cualquier otra la situación en la que estoy, pondría los ojos en blanco. Para mi madre siempre seré su "niña" pequeña.
Por primera vez en bastante tiempo, veo la cara de mi padre avergonzada y la mujer se gira también para observarme como arrepentida. No la conozco. Pero sé que los dos son las peores personas con las que podría cruzarme en el mundo.
-¡Fuera de mi casa!- grita mi madre de nuevo furiosa.
La mujer se sobresalta y mi padre la saca de casa con él. Aunque no debería preocuparme por ellos no puedo evitar preguntarme: ¿a dónde irán?
Pero en ese instante, mi madre se derrumba y sé que me necesita. La abrazo mientras ella solloza en mis brazos como si fuera un bebé desconsolado. Ella es fuerte y nunca la había visto tan débil.
Incluso mi corazón se parte por ella.
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¡My English Best Friend Es Hipster!
MizahBienvenidos al mundo de Mackenzie ("Mac" para los amigos) y a la manera en la que va a resultar mi vida ahora: En primer lugar, mis padres se separan por una infidelidad entre ellos. ¿Lo siguiente que es horrorosamente horrible? Tengo que vivir con...