Capítulo 40: Tarde de cine

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  -Supongo que no me hace falta cambiar tu nombre en mi móvil.- Digo observando el objeto.

  -¿Eh? ¿Por qué?- Pregunta Jon acercándose a mí con un delicioso cubo de palomitas.

Si se descuida un segundo, se las voy a quitar. Y luego no quedarán para cuando vayamos a ver la película.

Estamos los dos en el cine, pero no es una cita. O al menos no una en la que vayamos a estar solos. Ayer decidí que sería buena idea venir y Jon estuvo de acuerdo. Aunque... cuando le comenté lo de que Lucas y Anne también vendrían ya que yo me ofrecí a pagar todas las entradas (sí, mi padre ya me ha dado dinero a cambio de algunas de mis libras), no parecía muy contento.

Quizá esperaba una cita los dos solos, en el cine, a oscuras...

Bah, ¡tonterías! ¡Demasiado cursi para mi gusto!

Entonces, por la noche, llamé a mis dos amigos...

  *Flashback*

  -¿Lucas? ¿Te gustaría ir al cine mañana con Jon y conmigo? Puedes traer a Gabriel, si quieres.- Mi sonrisa en ese momento fue épicamente pervertida.

¡Qué pena que a través del teléfono móvil no pudiera verse.

  -¡Vale! ¿A qué hora quedamos?- Preguntó emocionado.

Aunque... Humm... No había pensado la hora.

  -¿Qué tal a las cinco de la tarde? ¿Te viene bien?- Dije finalmente.

  -Claro. Avisaré a Gabriel para saber si quiere venir. Te enviaré un mensaje.

  -Vale. Bye!- Me despedí.

Tan sólo me quedaba llamar a Anne para invitarla cuando vi a un enfurruñado Jon caminando a mi habitación. Sí, le acababa de decir que invitaría a nuestros amigos.

Mi novio se sentó en mi cama de brazos cruzados haciendo un sonido de desagrado con sus labios.

  -No entiendo por qué tienen que venir ellos.

Puse los ojos en blanco por sus palabras.

  -Y yo no entiendo por qué el caballo blanco de Santiago es blanco y me aguanto.- Respondí.

Entonces, marqué el número de Anne mientras Jon empezaba a explicar:

  -El caballo blanco de Santiago es blanco porque...- Hizo un gesto con una mano y dijo.- ...Bah, déjalo.

Me encogí de hombros esperando que Anne cogiera el móvil.

  -Tengo otra duda.- Dije cuando el móvil comunicó.

Quizá se le había perdido el móvil. Una vez me dijo que lo tenía debajo del sofá mientras este sonaba y no lograba encontrarlo.

Jon suspiró con cansancio y estiró sus brazos tumbándose en mi cama. No pude evitar quedarme hipnotizada por un cacho de piel que se le asomaba por el borde de la camiseta.

  -¡Menuda novedad!- Exclamó con sarcasmo. Fruncí el ceño.- Venga, dime cuál es. A lo mejor puedo ayudarte.

Me senté a su lado y volví a llamar a Anne.

  -¿Quién es Santiago? ¿Y por qué tiene un caballo blanco y yo no?- Pregunté.

¡My English Best Friend Es Hipster!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora