Capítulo 23: Corazón dividido

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El resto de la semana transcurre normal hasta que, finalmente, es domingo.

Me despierto con los pelos de la novia de Frankenstein, pero no importa.

...

Bueno, ¡sí! ¡Está bien! ¡Es horroroso!

Así que entro en la ducha antes de que alguien se me adelante.

Cuando termino, enrollo mi cuerpo con una toalla. Estoy a punto de hacer lo mismo con mi pelo cuando veo que la puerta comienza a abrirse y suelto un grito.

En lugar de irse de aquí, el estúpido de Jon se queda paralizado mirándome con los ojos como platos.

No sale de su ensoñación hasta que le tiro mi esponja rosa. Y entonces me doy cuenta de algo.

¡Mierda! ¡La acababa de usar!

Menos mal que mi puntería es tan mala que sólo le da en el pecho cubierto por una camiseta verde.

-¡Me estoy secando! ¡Vete!- Le grito desesperada.

No quiero que me vea así.

En lugar de hacer lo que la princesa Mackenzie le ordena (la gran gobernadora), sonríe de una manera que no me gusta y que, a la vez, me trae recuerdos.

-¿Y qué pasa si no quiero?- Pregunta cruzándose de brazos.

Mierda.

Otra vez su coqueteo no.

Maldito estúpido. ¿Es que acaso no sabe lo que eso produce en mí? ¿No puede ver en mis ojos que estoy enamorada de él y que estoy asustada intentando alejarme?

Entonces, para alejarlo completamente, digo lo primero que me viene a la cabeza.

-Soy tu hermanita de tu preciosa familia feliz, así que deja de hacer eso y vete de una vez.- Lo sé, cada palabra que digo me duele en el kokoro.

Pero es lo que debo hacer.

También es horrible ver cómo la sonrisa de su rostro se apaga y ese brillo juguetón que tanto me gusta de sus ojos se apaga.

-Tienes razón.- Dice en voz baja.- Pero... ¿podrías irte? Tengo que usar el baño.

Ah, no importa. Haz pipí delante de mí. Total, ya lo has hecho en mi corazón.

Sin decir ni una palabra, salgo del cuarto de baño hacia mi propia habitación.

Decido vestirme con un chándal de estar por casa ya que la cita no es hasta las dos; la hora en la que Lucas me recogerá para ir a comer.

Me pregunto qué tendrá preparado.

Cuando bajo a desayunar, todo hace que me sienta mejor. Julia, al parecer, sabe cuáles son mis cereales favoritos puesto que los compra cuando se me acaban (lo sé, en tan sólo una semana puedo consumir casi dos cajas de ellos) y me sonríe cuando entro en la cocina. Mi padre, leyendo el periódico como hace habitualmente, levanta su mirada y hace lo mismo señalando el tazón de cereales que hay a su lado.

-Me parece que estos son para ti.- Dice.

Me siento y sonrío. Pero... me siento triste al pensar una cosa.

Jon tenía razón. Esto es como una familia feliz que no debe ser arruinada.

Aunque ellos arruinaron a mi madre y a mí.

Pero... si no hubiera venido... quizá nunca más hubiera visto a Anne ni hubiera conocido a gente tan maravillosa en la que incluyo a Rosa.

Sí, echo de menos a esa viejita. ¿Debería intentar montar otro escándalo para estar castigada limpiando allí?

¡My English Best Friend Es Hipster!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora