Anne P.O.V.
A los tres años, conocí a la chica que creí que sería mi mejor amiga para siempre. Creía que éramos inseparables, casi hermanas.Sin embargo, los finales felices casi nunca existen.
Ni siquiera para las verdaderas amistades.
Conocí a Victoria en el parque al que solía ir a jugar. Mi madre siempre me llevaba puesto que mi padre trabajaba por las tardes. No llevaba muñecas, ni Barbies ya que no me gustaban, sino unos coches de juguetes que si los arrastrabas hacia atrás en el suelo y después los soltabas, corrían solos.
Fui a la parte más lisa del parque que estaba justo cerca del pequeño jardín. Y allí vi a una niña de mi edad con el pelo marrón claro y los ojos negros. Lo que más llamó mi atención para que me fijara en ella, fue que estaba excavando en la tierra con una pala de plástico de playa.
-Hola.- Dije tímidamente acercándome con mis coches en mis manos. Ella levantó la vista, pero desinteresada, volvió a su trabajo.- Me llamo Anne.
Esta vez, la niña se sentó en el suelo sin importarle ensuciarse los pantalones.
-Soy Victoria. ¿Qué haces?- Me preguntó con una mirada curiosa que todos los críos teníamos siempre.
Me senté a su lado y señalé el agujero.
-¿Puedo ayudarte a excavar?- Le pregunté agarrando algo de tierra con mis manos mientras dejaba mis coches en el suelo.
Me miró y me dio una de las palas que tenía junto a ella en un cubo.
-Vale. Tenemos que hacer un agujero que llegue hasta el centro del mundo. Tienes que trabajar mucho.- Me dijo volviendo a coger su pala y excavando.
Sonreí y la ayudé.
A partir de ese momento, nos hicimos inseparables. Nuestras madres se hicieron amigas gracias a nosotras y nos llevaban al parque a la misma hora. Fuimos a la misma escuela, pero nadie se interponía entre nosotras.
Muchas veces nos decían que nos parecíamos mucho. Otras veces, a nuestras madres les daba por comprarnos la misma ropa y nos parecía divertido mientras nos decíamos a nosotras mismas que éramos gemelas.
Cuando teníamos diez años y nuestras madres nos llevaron a un centro comercial, fuimos juntas alejándonos de ellas para comprar prendas por nosotras mismas. Recuerdo que ella tiró de mi brazo y elegimos el mismo vestido de verano para ir a la playa.
Como ya nos habíamos cansado de llevar algunas veces lo mismo, las dos elegimos diferentes colores. A mí me gustaba el verde agua, pero como Victoria eligió ese, me conformé con el morado.
De las dos, ella siempre había sido la más decidida, valiente y divertida. Yo era más simpática y sonriente, pero me costaba hacer amigos nuevos ya que al principio era un poco tímida. Por suerte, en verano, ya que Victoria iba a su pueblo de vacaciones (un sitio caluroso del centro del país al que me llevó una vez), conseguí tener una nueva amiga a los seis años. Se llamaba Mac y gracias a su carácter de niña charlatana, todo lo que hacía era reír.
Una vez, le hablé a Victoria de ella, pero parecía que no le gustaba esa chica. Puede que pensara que podría robar a su mejor amiga y que me apartaría de ella. Lo gracioso de la situación es que fue más o menos al revés.
A los doce años, ya se notaba el rumbo que tomaría la vida de Victoria: comenzaba a salir con chicos mientras que yo, no lo hacía. Cada vez que un chico se acercaba a hablar conmigo, me ponía muy nerviosa y acababa espantándole diciendo algo como: «¡Qué bonito día! ¡Tengo que darle de comer a mi serpiente! Ya sabes, comen ratones.» Y lo peor es que yo ni siquiera tenía una mascota.
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¡My English Best Friend Es Hipster!
HumorBienvenidos al mundo de Mackenzie ("Mac" para los amigos) y a la manera en la que va a resultar mi vida ahora: En primer lugar, mis padres se separan por una infidelidad entre ellos. ¿Lo siguiente que es horrorosamente horrible? Tengo que vivir con...