Capítulo 10

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Pequeña mentirosa.

Alexander.

1 día antes.

El Lady Night un club de mala muerte en el que se juntan la peor de las calañas, he oído hablar de él muchas veces, el dueño es un proxeneta lacayo de una pandilla de estos barrios.

¡Qué puto asco!

Es el único sitio que ha visitado Nikolái en New York.

¿Por qué vendría aquí?.

Si pensaba que no iba a saber lo que hace es que es demasiado idiota.

¿Pasar el duelo de padre?,

Que no me haga reír, se que lo odiaba con todo su ser, deseaba que se muriera y se que yo no soy de su devoción.

No tenemos la confianza que deberían tener dos hermanos, y eso es debido al error que cometieron nuestros padres al separarnos tan pequeños, cuando él volvió tenía 18 años y era todo un hombre ya, no me quería en su vida y yo pagué con el mi ira.

Me quitaron la oscuridad que complementaba la mía y la peor parte se la llevó Nikolái.

Miro cuanta distancia hay del Lady Night a mi hotel para ir esta noche, vamos a ver qué es lo que le ha parecido divertido de aquí a mi hermanito, no soy fan de espiarle, pero nunca desconfió de mi instinto.

Algo me dice qué sus repentinas ganas de estar solo no es por algo bueno.

Me siento en el escritorio que me ha puesto el hotel, ser el Boss te da muchas ventajas sobre todo a la hora de los lujos y tengo la mejor de las suites en uno de los mejores hoteles en New York.

Yerik (mi consejero) se encuentra buscando a la razón de mis pesadillas, esa mujer va a acabar matándome, pero si yo muero me la llevo antes conmigo.

Nadie puede ocultarse de mí durante tanto tiempo, tarde o temprano acabare encontrándola.

 - ¿¡Tanto cuesta encontrar a una maldita mujer!? - le gritó a Yerik. llevamos días intentándolo y la desesperación se abre paso por mi pecho.

 - Disculpa señor, hay alguien ocultando la información - se acerca con el ordenador - trato de averiguar quién tiene hackeada la base de la EAC.

Esa maldita mujer va ha acabar con mi existencia, necesito encontrarla y ponerme delante de ella, que me explique porque se fue como una cobarde.

Nadie juega conmigo y ella mucho menos.

Ahora qué tengo el poder pienso hacer qué pague por el sufrimiento qué me causó, porque no se merece mi piedad y voy a darle donde más le duele.

Su vida se romperá y no podrá hacer nada.

Aun recuerdo ese beso, me va a perseguir siempre y odio querer volver a sentir sus labios, su tacto, oír su voz, la odio a ella.

¡Joder!

 - Señor - levanta la vista del ordenador - su hermano, Nikolái. 

 -¿Qué sucede con él? - me levanto del escritorio.

Me dice con la cabeza que vaya y me siento a su lado cuando me da el ordenador.

 - La información que pidió hace unos días la recibió él - me explica.

Mi cuerpo rebosa de rabia, mi padre fue una de las razones y ahora ese maldito niñato es la razón por la que no la he encontrado todavía, por eso quiso estar solo en New York cuando regresó, ha ido a por ella y quiere quitarme lo único que anhelo en esta vida.

Pequeña AsesinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora