Capítulo 32

58 9 5
                                    

Baile de ascenso.

Claudia

Miro el móvil ignorando las llamadas del hombre que fue mi ruina en Italia, estoy viendo la invitación que mi padre ha mandado anunciando el compromiso mío y de Nikolái. Es algo que tarde o temprano tenía que pasar porque es así como está pactado. 

Cuando dos familias tan importantes se unen todos se enteran.

Alexander no para de mandarme mensajes y llamarme, no puedo tener contacto con él sí quiero redimirme y curar la abstinencia que siento por no tener su cuerpo.

Solo falta una hora para que empiece el baile y por primera vez he dejado que Nikolái me toque el pelo, ha sido un paso bastante grande para mi y creo que él lo sabe. Me ha ayudado a recogerme mi cabello en un moño arreglado.

Pero tengo un serio problema con que vestido ponerme, debido al agotamiento mi prometido no ha intentado nada conmigo y lo agradezco porque no sabría cómo justificar los moratones que tengo en el pecho.

No tengo ningún vestido sin escote y el maquillaje no tapa del todo las marcas, me coloco la camiseta rápido cuando escucho a mi prometido salir del baño, le sonrió para que no note que estoy nerviosa, me da un ligero beso cuando va a por su traje y salgo por la puerta sin decirle nada.

Corro a la habitación de Leire, entro rápido sin pegar y grito porque tengo demasiados traumas ya para tener otro mas. 

Leire está semi desnuda encima de Kesar que está completamente desnudo. Ahora entiendo a mi amiga pero lo que no sé es cómo no la ha partido por la mitad.

Me tapo los ojos dándome la vuelta cuando escucho resoplar a Kesar.

 - Es una emergencia privada - insinuó para que se vaya el incordio de mi vida - Código negro Leire.

Mi amiga me agarra de los hombros haciendo que abra los ojos, me sacude como si fuera un saco de patatas y puedo ver los nervios en su cara cuando he dicho el código para que entienda la gravedad del asunto.

 - Me dijiste que no ibas ha hacerlo - me mira furiosa - como has podido ¡Joder!

 - En un momento te lo explico - sonrió tratando de ser normal cuando Kesar termina de vestirse.

Entró en la habitación como si fuera la mía y me siento en el borde de la cama, se que acabo de interrumpir algo y que está mal, pero Leire también me lo ha hecho muchas veces.

 - ¡Siéntate claro! - grita Kesar eufórico y lo entiendo, yo sería capaz de matarlo si me arruina un polvo.

 - Kesar déjanos a solas - habla seria mi amiga.

Esta con los brazos cruzados delante de mí, cuando nos hicimos compañeras pusimos una serie de reglas y códigos para saber cuando una situación es de especial gravedad.

Código Negro: Alexander.

Nunca pensé que fuera a necesitar decirlo, pero como dice el dicho nunca digas nunca porque hoy me ha hecho falta para que mi amiga no me arranque la cabeza al interrumpir así en su habitación.

 - ¡Qué has hecho! - me grita mi amiga más nerviosa que yo.

 - Es mejor que lo veas, primero decirte que por favor no grites - suspiro porque sé que le voy a tener que tapar la boca.

Cierro la puerta con el pestillo y me saco la camiseta, mi amiga grita y es que sabía que iba a hacerlo. 

Se acerca a mí acariciando los chupetones que tengo en los pechos, se fija en los arañazos de mis caderas y sabe perfectamente quien me lo ha hecho.

Pequeña AsesinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora