Capítulo 46

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Dos Ethan.

Claudia

Miro el móvil aturdida, cuando supe que Vincens me había puesto una cámara no podía creérmelo. Me había estado espiando durante semanas viendo todas mis intimidades, cuando voy a la ducha me pongo música. Cuando voy al baño voy con el móvil y cuando estoy follando con Alexander lo tengo al lado.

Joder es que es un acosador, cuando bese cada una de sus cicatrices para hacerlo sentir bien nunca pensé que llegaría a obsesionarse de esa manera.

Los demás mensajes son de preocupación, Nikolái me pide reunirnos para hablar sobre nosotros y me suplica que no le abandone. 

Que no le importa lo que haya sucedido con su hermano, que sabe que él es un manipulador.

Está demasiado ciego como para ver la realidad. 

Leire me hablaba siempre contándome cómo ha sido su día, hasta hace una semana que solo es capaz de mandarme mensajes cortos.

¿Qué ha hecho Kesar para que Leire se ponga así?.

El avión está aterrizando en la EAC, la mayoría de los boyevik van un poco contentos y Alexander no para de mandarlos callar. Ardem se mete con él cuando tiene oportunidad y el Boss gruñón amenaza con matarlo también cuando tiene oportunidad. Parecen un matrimonio de varios años.

Ethan tiene entre sus brazos a Serene, aún tiene algunas heridas y todo su cuerpo no ha sanado. Pero ya puede moverse con normalidad y no tiene que tener el gotero puesto.

Alexander se levanta y se dirige a mí por primera vez en todo lo que llevamos de viaje. Me ha lanzado algunas miradas pero no creo que fueran muy agradables la verdad. Eran más de rencor que de otra cosa.

 - No te separes de mi - me advierte - no quiero ningún numerito pequeña.

Pero esta vez estoy preparada para sus amenazas, están saliendo todos del avión cuando se planta delante mía.

 - Vamos - me ordena.

 - No voy a ir - le contradigo.

Agarra mi brazo con fuerza para levantarme del asiento, pero me agarro al apoyabrazos con todas mis fuerzas.

 - ¡No voy a ir! - le vuelvo a gritar.

 - ¡Déjate de tonterías!.

 - No me has dirigido la palabra en todo el vuelo no vengas ahora como que te importo - le echó en cara sin pudor.

 - Eres un niñata - me suelta cabreado - no te das cuenta de la situación en la que estamos.

 - Soy muy consciente..

 - ¡Te secuestraron joder! - se sienta enfrente mía - si tu no te vas yo tampoco.

Estoy de pie justamente delante de él y todo va como yo quería. Pero se ve tan sexy, tiene el pecho de la camisa abierto y puedo ver los tatuajes de sus pectorales. La camisa negra se le ciñe a los músculos y que se esté echando el pelo para atrás solo me pone peor.

Todo de él llama a mi cuerpo y es que cuando se enfada me pone aún más.

Sin pensarlo me acerco cuando está respirando hondo y me siento encima de él mirándolo a los ojos.

 - ¿Qué haces pequeña?.

Esto me va a costar más de lo que pensaba.

 - Deja de molestarme y bésame joder - le sugiero a milímetros de el.

Pone una mano en mi cuello y acorta esos centímetros que parecían océanos entre nosotros, me besa con pasión y furia como es tan característico en él. Sus manos queman en mi piel y la mía recorre cada parte de la suya en un intento desesperado de estar más cerca de él.

Pequeña AsesinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora