Esposada.
Claudia.
Veo los ojos tristes de la chica que tengo delante, tiene miedo y pánico por lo qué le puedan hacer, la mayoría de los hombres que están fuera son personas conscientes del daño que comenten.
Para ellos solo es un juego de deseo y fantasía, pero son unos malditos degenerados.
Aman el abuso de poder, pero solo hacen que me den mas vergüenza.
La abrazó antes de salir del baño, llevamos demasiado tiempo aquí y se preguntaran dónde estamos.
Leire ya tiene todos los datos sobre ella, la localización de sus padres y cómo comunicarse con ellos.
Cuando la saqué de aquí mandaré un equipo para que la lleven con ellos.
- ¿Eres policía? - me pregunta Cloe.
- No cariño, yo soy mucho peor que los hombres de fuera - le acaricio la mejilla - pero tienes que confiar en mí y hacer lo que te he dicho.
Asiente con la cabeza antes de salir del baño, no le queda otra oportunidad qué confiar en mí.
Con mis manos agarro con fuerza el lavabo, lo aprieto hasta qué no me las siento y me echo agua en la nuca quitándome el estrés de lo que llevamos de noche.
Está siendo demasiado para mi, ver como esta gente se pasea por la sala creyéndose dueños del mundo y a veces lo qué me fastidia es que tengo que salvarle el culo a alguno de ellos.
No he vuelto a ver a mi pesadilla y eso me tiene preocupada, está enfadado y nadie sabe como yo hasta dónde puede llegar Alexander Pavlov si se le provoca.
Es un maniático, sobre todo cuando juega y yo sé qué está jugando.
- Gracias Leire - tocó el pinganillo.
- Dámelas a mí - escucho a Kesar - espero que salga bien tu plan.
Salgo del baño y el salón está mucho más lleno de gente que antes, bailan, beben y ríen, las chicas se pasean encima de unos y de otros queriendo que paguen por ellas una buena cantidad.
Voy rodeando la pista de baile mirando a mi alrededor, Nicolai y Richard ya no se encuentran en la barra y los busco para volver a unirme a ellos.
Me fijo en Cloe, está sentada encima del General Zack, le cuesta sonreír pero lo intenta, él tiene una mano suya apoyada en la pierna y vacila delante de los demás hombres que los observan.
Es asqueroso.
Es lista y sabe que tiene que seguirle el juego si quiere salir de aquí y sobrevivir.
- Bella mía - Me sorprende Leonardo - tu dueño te busca, sígueme.
Inclinó la cabeza y me uno a su brazo.
Este hombre aparece de la nada cuando menos te lo esperas, es sigiloso y listo, hay qué tener cuidado con él.
Conozco varias caras entre las de los hombres, la mayoría son importantes, con dinero, algún que otro famoso y altos mandos de la sociedad.
Me miran y sonríen como si fuera algo exclusivo para ellos, me entran ganas de vomitar cuando Leonardo me presenta a varios de ellos, podrían ser perfectamente mis padres y es que me imagino a mi padre mirando a una chica de mi edad así y me entran ganas de volar el salón de baile entero.
- Cambia tu cara - insinúa Leire.
Finjo una sonrisa descarada como respuesta.
Llegamos después de recorrer todo el sitio a una zona más apartada detrás de la pasarela, con sillones de terciopelo, mesas llenas de sustancias y camareros mostrando copas para los que quieran.
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Pequeña Asesina
RomanceClaudia Walker una asesina despiadada de la corporación EAC nunca llego a imaginar que por una sola noche su vida daría un cambio tan drástico. Se acuesta con el Underboss de la mafia rusa sin saber que era el hermano de su hombre de ojos azules. De...